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Solía pensar que este tipo de pensamientos se manifestaban en muchos recuerdos simultáneos, resulta que cada vez que me siento en este escritorio solo logro pensar una sola cosa: ¿Por qué yo?

Me pierdo en caminos filosóficos, pensando en lo que quería hacer con mi vida y lo que se me obligó a hacer. Me han criado de tal manera que jamás concebí mi vida como algo diferente a esto, me siento aquí y fantaseo con la idea de haberme rebelado contra mis padres. ¿Pero qué hubiera hecho con mi vida entonces? Este es el único mundo que conozco, podría haber elegido cualquier otro camino, pero mi vida entera han sido armas y reuniones clandestinas y, sobre todo, la idea de que en toda situación siempre hay un enemigo. ¿Existe otra realidad diferente a esta? Se supone que si, eso dice la gente. Pero yo creo que la idea de un mundo libre de violencia sólo existe en las películas, para mi la realidad no es la felicidad sino una batalla constante, que jamás deja de ser brutal. Cada día siento que estoy apunto de morir y se supone que eso debería hacerte apreciar la vida, pero yo solo siento que voy a explotar. Estoy colgada en una espera eterna que a veces se ve lejos y otras veces se ve cerca. Es increíble el poder de abarcamiento que tiene esta pelea, que ya no me permite imaginar una realidad diferente a esta. Este escritorio, todos estos documentos, las reuniones weonas y el sonido de los disparos, esa es la realidad, los demás solo viven engañados.

Este es mi deber ¿Pero cómo puede serlo si no lo elegí yo? Recuerdo las muestras de amor de mis papás que en verdad escondían el deseo de que yo accediera practicar mis patadas, incluso en aquel entonces sabía que no me querían o que ese cariño estaba motivado por la idea de que yo iba a ser su pequeña prodigio, la heroína que al haberse preparado para el combate desde la infancia iba a lograr ganar la batalla que nadie pudo en más de 200 años.

¿Pero si odio tanto esto porque no he sido capaz de negarme? Hace dos año que este escritorio dejó de ser de mi padre y pasó a ser mío, antes y después de eso sabía que no quería dedicar mi vida a organizar la muerte de alguien más y, aún así, jamás renuncié. ¿Qué hubiera hecho con mi vida si le hubiera dicho a mis papás que me desligaba de todo esto? Que ya no quería vivir en constante entrenamiento, esperando a que el enemigo se presente. Ese es el problema, solo sé hacer la guerra, sin la guerra no soy. Aunque podría ser otra diferente a esta ¿Y si no me gusta la otra yo? ¿Y si en verdad me disgusta más que esta actual yo? De todas formas uno tiene que aprender a descubrirse a sí mismo ¿Por qué no renuncié entonces?

Tal vez por eso me bloqueo y fallo continuamente en todo lo que hago, porque en realidad no quiero solucionar, no quiero ganar ¿Qué sería de mí si algún día gano esta batalla? ¿Quien soy yo sin mi otro bando opuesto para combatir? Mi peor miedo es querer hacer algo y que no haya nadie deteniéndome, ¿Qué pasa si lo arruino todo y me convierto yo en el monstruo al que se debe detener? ¿Pero acaso no soy eso ahora, solo que para los otros?

Llevo todo este tiempo mirando la foto de mis papás, estoy dudándolo todo, deseando volver al momento en que solo eran mis papás y no mis superiores. En 10 minutos viene Federico para llevarme al sur a matar a un montón de gente, pero yo solo quiero volver a la edad de 10 años, cuando entrenaba con mi papá y corría mucho, solo porque era niña y quería correr. ¿Qué mierda me hicieron mis papás? Me miro al espejo y no me reconozco, solo veo a su más grande sueño reflejado en mi, pero yo no sé quién soy ¿Dónde está esa parte de mi que yo elegí?

El Fede me quita de mi ensueño hablando por el otro lado de la puerta, ya está listo el auto. Espérame. Abre la puerta y entra con el uniforme negro puesto, recién afeitado y las armas bien escondidas en lugares que solo yo conozco. Dice que vamos a llegar tarde, siempre dice que vamos a llegar tarde, ¿Pero tarde a qué? En una hora o en 10 años el enemigo todavía va a estar ahí.

Se enoja. Aunque sé que me quiere, pasa enojado conmigo. Yo sé que es porque todo lo que hacemos le importa de verdad, porque él siempre quiso ser un héroe. Mientras yo peleaba conmigo misma para salirme de este infierno, él peleaba con su mamá para que lo dejara entrar. Él debería tener mi puesto, y yo...

Yo no debería haber nacido.

Termino de ajustarme la chaqueta cuando el Fede se aburre y él mismo me amarra el pelo. Los demás nunca van a aprender a respetarte si sigues así. Lo miro y le digo que no quiero que me respeten, solo quiero que no se mueran. Salimos bajo la oscuridad de la noche con el pasamontañas puesto y, una vez en el auto, cada camioneta se va por su lado, cinco de seis van llenas de cabritos menores de edad, que no saben lo que están haciendo.

Los llevo directo a su muerte. Cuando comiencen los disparos voy a estar protegiéndome con la puerta del auto , preguntándome si esto es verdad o fantasía y, sin haberme decidido, voy a erguir mi postura para matar a alguien que no conozco, esperando que me perdone.

Y todo esto en nombre de la patria, como me decía mi papá. 


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⏰ Last updated: Jan 02, 2023 ⏰

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Hijos de la revoluciónWhere stories live. Discover now