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El sol comenzaba a descender sobre el campo de batalla, teñiendo el cielo de tonos dorados mientras la batalla llegaba a su fin. Napoleon Bonaparte y Alexander el Grande se encontraban cara a cara, rodeados por la devastación de la guerra. Sus miradas se entrelazaron en un instante de reconocimiento mutuo y respeto.

Napoleon, con su uniforme impecable y su porte regio, se acercó lentamente hacia Alexander. El aura de poder y liderazgo que emanaba de ambos era palpable. El conquistador macedonio se mantenía erguido, con su armadura cubierta de polvo y su espada manchada de sangre. A pesar de las diferencias en el tiempo y en la cultura, los dos generales compartían una pasión y ambición similares.

"Alexander", susurró Napoleon con voz suave pero firme. "Admiro tu valentía y tu destreza en la batalla. Eres un líder excepcional, y has dejado una marca indeleble en la historia."

Alexander sonrió, su mirada intensa brillaba con un destello de admiración. "Napoleon, elogio tus logros y tu habilidad táctica. Eres un estratega brillante, y has llevado a Francia a grandes alturas."

La tensión en el aire se volvió densa, cargada de una energía que iba más allá del campo de batalla. Ambos hombres, envueltos en una atmósfera de respeto y admiración, se dieron cuenta de que había algo más que los unía.

Los generales se apartaron de la mirada del resto del mundo y se encontraron en un lugar apartado del campo de batalla, donde podían hablar en privado. Mientras la tarde se sumergía en la penumbra, el sonido de las espadas y los gritos de guerra se desvanecieron.

Napoleon se acercó a Alexander y, con un gesto suave, apartó un mechón de cabello oscuro de su rostro. Sus ojos se encontraron de nuevo, pero esta vez cargados de una intensidad diferente. El conquistador macedonio no se resistió al contacto y permitió que Napoleon se acercara más.

"Alexander, he luchado en innumerables batallas y he conquistado tierras extensas, pero hoy me doy cuenta de que lo único que deseo conquistar eres tú", confesó Napoleon en un susurro apasionado.

El corazón de Alexander se aceleró, sus emociones y su deseo por el general francés crecieron en su pecho. "Napoleon, eres un hombre extraordinario. No puedo evitar sentir una atracción y un amor que va más allá de las fronteras y los imperios. Permíteme entregarme a ti, a este sentimiento que compartimos."

Los labios de Napoleon se encontraron con los de Alexander en un beso lleno de pasión y anhelo. Sus cuerpos se fundieron en un abrazo apasionado mientras sus manos recorrían cada centímetro de sus cuerpos, explorando y descubriendo la belleza y el deseo mutuo.

En ese momento, ambos líderes se dieron cuenta de que su amor trascendía los límites del tiempo y del espacio. 


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⏰ Last updated: May 04, 2023 ⏰

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Amor entre generales - Napoleon x AlexanderWhere stories live. Discover now