Ruth se ha escapado de casa. Nunca se ha considerado una hija malcriada ni mucho menos rebelde, pero ya no aguanta más. Lo que menos espera es que vayan a buscarla; cuando se va, deja a su padre durmiendo y a su madre con una botella de vodka en la mano gritando a pleno pulmón. Creen que no va a ser capaz, que va a volver, pero esta vez se equivocan. "Cuando estás escapando, un instante puede ser decisivo"