Tres y veintisiete de la madrugada
La última calada a ese asqueroso cigarrillo me hizo hurgar el baúl de los recuerdos
Tal vez te extraño
Tal vez
Pero ahora eso no importa, ¿O sí?
Tal vez sólo deba dejar de pensar en ti
Pero no me importa ni lo más mínimo lo que deba hacer
Sólo cinco minutos más, lo prometo
Tres con cincuenta y seis de la madrugada
¿Es acaso odio esto que siento por ti?
Sigo sentado en el mismo viejo taburete
Mirando las mismas pinturas viejas y descoloridas
Sigo escribiendo los mismos versos tristes
Creo que sé por qué me dejaste
Creo que sé por qué partiste de aquí.
Cuatro con catorce de la madrugada
Por ti he borrado dieciséis veces este poema
Pues, sin saberlo, me haces dudar entre Chopin y Tchaikovsky
Sin saberlo, me haces cambiar de taburete
Haces que cambie aquella descolorida pintura
¿Soy tan patético?
Sigo esperando que vuelvas
Y te esperaré hasta que mi cuerpo decida morir.
YOU ARE READING
Cuarenta y siete horas con cincuenta y cinco minutos
PoetryTan fugaz es la vida para lo mucho que la desaprovechamos.