🌸CAPITULO 17🌸

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🌸
JADEN

La voz de mi madre se llenó de alegría y emoción nada más que mi chica entró por la habitación, como una estrella iluminando la oscuridad que se cernía sobre mi madre; sentí que había hecho bien en traerla. Estaba ilusionado porque mi madre supiera que era ella, la hija de una de sus amigas del instituto, una buena amiga en su momento. Y acerté cuando la sonrisa apareció en la cara de mi madre.

Estuvieron abrazándose un rato, creí ver algunas lágrimas en los ojos de mi madre y en los de Hero. Le dijimos a mi madre que ya era oficial, que podría llamarla nuera y su corazón se hinchó de alegría. No estuvimos mucho tiempo con ella porque a los diez minutos comenzó a toser y llegó mi padre para encargarse de darle su medicina.

Dejé a Hero con mi hermana en la cocina mientras hablaba con mi padre sobre el negocio y al cabo de una hora nos despedimos. Dejé que el aire sobre la moto me despejara de la tristeza de ver a mi madre tan consumida por ese cáncer y cuando llegamos al lugar donde llevaba tiempo queriendo traer a Hero, ella me miró con una sonrisa.

—Espero que no quieras que me meta en el agua—comentó, su mirada fija en el horizonte donde el sol se encontraba justo en la línea entre el cielo y el mar, pintando un hermoso atardecer. —Nunca he visto el mar.

Su confesión me tomó por sorpresa y giré hacia ella.

—Nunca había querido venir por, ya sabes, el trauma.

Pasé mi brazo por su hombro y la apreté contra mi.

—Yo fui el culpable de que tuvieras miedo al agua. Me gustaría ser también quien te ayude a superarlo.

Hero no dijo nada, sólo miró el mar y apoyó la cabeza en mi pecho.

—Pero, no será hoy. No te he traído aquí para que veas el mar.

—¿Ah, no?

Negué con la cabeza y le besé la frente antes de agarrar su mano y guiarla hacia el edificio abandonado de diez plantas que había junto a un descampado. Ahora estaba en obras, pero llevaban años con la reforma pausada. Nos colamos por la valla rota y vi su preocupación.

—Tranquila, confía en mí.

Mi chica me miró y sonrió antes de asentir. Lo malo de este plan era que había que subir el edificio hasta la décima planta y como era de esperar no había ascensor. Encaramos los casi doscientos escalones, sorteando el desafío con determinación, hasta que finalmente alcanzamos la azotea. El sol se había ocultado por completo en el horizonte, dejando un suave resplandor anaranjado que iluminaba el cielo. Observé cómo Hero se acercaba al borde de la azotea, y el viento travieso jugueteó con su cabello.

—Si no me has traído a ver el mar, ¿a qué hemos venido?

Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Me encantaba su impaciencia, igual que ella misma. Me aproximé al objeto oculto bajo un trapo azul oscuro y lo descubrí de un solo movimiento.

—Hemos venido a ver las estrellas.
Hero comenzó a sonreír lentamente mientras que se acercaba al telescopio que tenía justo a mi lado.

—Madre mía, qué pasada. ¿Es tuyo?

—Si—asentí.—Yo lo diseñé.

Mi chica me miró con clara sorpresa y me entraron ganas de besarla.

—¿Tú? ¿Cómo?

—Estudio astronomía.

La cara de asombro que se le quedó me hizo reír.

—¿Qué? ¿En serio?

—Sí, enserio.

—Jamás lo hubiera adivinado.

NI UN DÍA MÁS SIN TI [#1] © [COMPLETA]Where stories live. Discover now