🏁 3. Secretos en Barcelona 🏁

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Sentía el culo aplastado y que pasó la mitad de su vida en el avión. No era la mejor manera de empezar, y tampoco quería llegar directo a la cama de su suite, pero no tenía ganas de otra cosa.

Se lanzó al colchón y cerró los ojos a la vez que respiró profundo. Planeaba olvidarse de todas las horas desperdiciadas entre vuelos y escalas, y... la emoción solo le duró unos dos minutos, porque la puerta de su suite se abrió, dejando a entrar a Lía y Caucho, quien salta enseguida a sus brazos.

Reunió la poca energía que le quedaba para recibirlo y aceptar sus lamidas por toda su cara, y lo acarició de vuelta, extrañándolo. A Caucho lo recogió hace dos años, en Monza cuando estaba en la Fórmula 3. Estaba comiendo en las afueras de un restaurante con Lía, y se acercó, por lo que le dieron comida y ya no se quiso separar, y ella tampoco de él.

—Venís a decirme que mi único plan es dormir en paz hasta el viernes, ¿verdad? Te amo, sos la mejor... —dijo mientras volvía a acostarse, y Caucho se enroscaba a un lado.

—En unas horas tú y Seung-Hee tienen una sesión de fotos y videos para los patrocinadores españoles, y también necesito material de ambos recorriendo la ciudad.

Kira se volteó contra la almohada donde ahogó un quejido, y pataleó un poco. Su mánager ya estaba acostumbrada.

—No debí salir de Australia tan pronto...

—¿Preferías estar en una cita con la chica de la cafetería?

Perfecto. Lía hizo que se le olvidara el cansancio en un segundo y se recompuso.

—¿Estás molesta? —preguntó sin antes pensar si quería conocer la respuesta.

—¿Qué? No es eso.

Trató de examinar si estaba mintiendo, pero se veía muy tranquila y hasta se encogió de hombros.

—En realidad solo quisiera saber cómo es tan fácil para ti...

—¿Qué cosa? ¿Salir con chicas?

Lía asintió, y Kira parpadeó un poco sorprendida, esperando haber entendido bien.

—¿Vos querés salir con chicas...?

Ella asintió una vez más, claramente tímida, y la piloto trató de que su cara de sorpresa no fuera tan obvia. Bueno, al menos eso respondía algunas de sus dudas sin necesidad de sacar a colación el tema de esa noche, pero igual la dejaba con más preguntas...

—¿Gustás de alguien o tenés algún tipo en específico?

No sabía cómo preguntarle si lo que pasó esa vez pudo haber sucedido con cualquier chica disponible, y de nuevo, ya no estaba tan segura de querer saberlo...

Lía bajó la mirada y enroscó un corto mechón rubio entre su dedo, antes de sentarse a su lado.

—No es como si pudiera ponerme quisquillosa, y solo me gustaría conocer a alguien, así que no hay un tipo en sí...

Sintió un revoltijo en su estómago y quiso volver a caer sobre la cama, pero se quedó quieta, fingiendo que todo está bien mientras su amiga solo agarraba a Caucho para rascar su barriga.

—Te puedo presentar a alguien... —respondió tal como se suponía que una amiga debía hacer en estos casos, pero Lía hizo una mueca de disgusto.

—No quisiera salir con nadie con quien hayas salido tú antes... —dijo en voz bajita. Era una costumbre que tenía cuando no sabía si lo que diría iba a molestar a alguien.

—Ah, menos mal no sos quisquillosa...

Antes de pasar un silencio incómodo, entró alguien más a la suite con una energía comparable a la de Caucho, solo que en lugar de saltar hacia Kira, va hacia el balcón de la habitación, y volvió, mirándola molesto.

Nunca será igualWhere stories live. Discover now