🏁 8. Como un conejo a la cereza 🏁

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—¡Y para la escudería Thunderbolt Racing en el número 8, corre el formidable Caucho Russo! —exclamó Kira eufórica, dando paso al perro que llevaba su propio traje morado de Thunderbolt.

Al llegar a ella, lo tomó en sus brazos y le besó en la carita, a la vez que Caucho respondía con lamidas en su rostro, y Lía, que grababa la escena con la precisión y cuidado debido, se sentía enternecida pero no quería interrumpir su trabajo.

—Caucho, ¿vas a apoyar a tu mami? —preguntó Kira mientras acariciaba su rostro, y el perro volvió a lamerla—. Estás feliz de que volvamos a casa, ¿no es así? A que te encantaría si mamá Lía se queda con los dos a dormir, ¿verdad?

Para lo que Lía no estuvo preparada fue la mirada de súplica que sus seres favoritos en el mundo le daban para hacerla ceder. Quizás Caucho no entendía nada de lo que Kira decía, pero era muy bueno siguiéndole la corriente.

—Tienes que grabar todo el día...

—Pero no toda la noche —respondió Kira con una sonrisita que por un largo rato su representante no supo qué responder porque no quería pensar si lo había interpretado bien o mal.

En realidad, compartían apartamento porque era lo suficientemente espacioso y podían repartirse los gastos para un hogar que solo visitaban unas pocas veces al año, pero pensaba pasar lo menos posible para no interrumpir con las grabaciones ni la imagen de la piloto. Podía malinterpretarse que vivieran juntas, aunque si lo pensaba bien, ya no tenía idea de nada.

—Estaré en mi cuarto...

Kira puso cara triste, y Caucho pareció emitir un pequeño sollozo.

—¡Por favor! Será noche de películas, decime que sí...

Lía solo se acercó a Caucho para sostener sus mejillas.

—Ella te está malcriando mucho —murmuró mientras él se dejaba acariciar—. ¿Puedo escoger la película al menos?

Kira solo fingió contener una pequeña risa, y acabó asintiendo.

—Como vos digas. ¿Me deseás suerte? —pidió señalando su mejilla con su dedo, a lo que Lía con duda se acercó a dejar un besito.

—Lo vas a hacer genial, te estaré viendo también.

—Espero que sí...

Lía quedó junto a Caucho, mientras que la piloto empezaría sus grabaciones más importantes en el gimnasio de la sede.

Podía verla desde la planta alta, por lo que cuando Kira regresó a verlos mientras bajaba las escaleras, Lía tomó la patita del perro para moverla en señal de un saludo, y Alicia, que estaba abajo esperando, aprovechó para captar el momento también.

—¿Estás lista? —preguntó ella mientras la grababa.

—Siempre estoy lista —respondió mientras se quitaba la sudadera, dejando a la vista su top deportivo en conjunto con su calentador negro. Volvió a mirar hacia arriba, en busca de Lía, y regresó a Alicia—. Es solo Lía.

Antes de que la chica pudiera entender a qué se refería, y explicarse por qué la piloto se veía tan seria —en un sentido un tanto aterrador—, ella continuó:

—No le gusta su nombre completo, prefiere que le digan solo Lía, y tampoco le gusta explicar demasiado las cosas que le incomodan así que te lo digo yo. Si la respetás, creo que te va a importar saberlo.

Instintivamente, Alicia también miró a Lía con duda. ¿Acaso le había pedido a Kira que dijera eso por ella? Pero por la manera en que la piloto había pronunciado aquello casi como una amenaza, y su semblante era parecido al de un perro guardián, pudo entender que había sido solo idea de ella.

Nunca será igualWhere stories live. Discover now