🏁 11. Por culpa de Russo 🏁

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Alicia vio a Ha Seung-Hee ingresar al garaje de Thunderbolt con su traje colocado a medias y el cabello y rostro empapado de sudor, y encendió su cámara lo más discretamente que pudo.

Cuando el chico sonreía, podía sentir el calor en su rostro, pero en ese momento se veía serio, de manera imponente y ella contuvo la respiración, preguntándose cómo alguien así podía ser real.

Mucho menos podía creer lo que estaba por pasar:

El piloto fue a la zona de los ingenieros y llamó la atención de uno:

—¿Qué mierda fue todo eso? ¿Acaso quieres arruinar mi carrera? ¿¡Crees que no soy bueno y que necesito que mis compañeros me hagan favores!?

Alfonso Montecruz salió al instante, tratando de sostener de los brazos al chico para alejarlo.

—Seung-Hee, intenta calmarte...

—¡A la mierda eso! ¡Todo el mundo escuchó cómo este idiota quería que mi compañera me regalara su posición porque sí! Si crees que no valgo mi asiento entonces dímelo y de paso retiraré todo el apoyo de Motores Daerim.

—¿Cuál es tu problema? —reclamó Marc al fin procesando la situación para poder defenderse—. ¿No quieres ganar el campeonato? Si Russo hubiera obedecido como le dije ya estarías a la cabeza y me lo agradecerías.

—¡Limítate a hacer tu trabajo que es hacer que mi compañera pueda cumplir el suyo! ¡Yo me encargo de lo mío!

—Podemos hablar esto en la sede —insistió el jefe de equipo, más Seung-Hee empujó su brazo para que dejara de tocarlo.

—Lo único que conversaría en la sede con el presidente es cómo este idiota disfruta de avergonzar a sus pilotos. Ya lo dije, soy capaz de pedirle a mis patrocinadores que retiren su apoyo y ustedes sabrán en qué construyen los siguientes años si no son capaces de darnos ingenieros a la altura. ¡Russo y yo merecemos el mismo trato!

Lía había llegado a tiempo junto a Alicia, y bajó con su mano muy despacio la cámara, en señal de que debía apagarla pronto y tratar de huir de la escena de la que realmente nadie quería formar parte.

Discretamente, la rubia le enseñó el camino a una de las suites del paddock, que pertenecía a Kira, y solo al cerrar la puerta, consiguieron un poco de paz.

Al menos hasta que escucharon un carraspeo incómodo.

—¿Les interrumpo? —inquirió Kira sentada en un sillón puff mientras miraba secaba su cabello con una toalla y el lugar se llenaba del aroma a loción de vainilla.

Lía sintió casi morir del susto y temía que lo hubiera malinterpretado, pero la piloto parecía tener más curiosidad en lo que había afuera.

—Es mejor que borres eso... —le dijo a su excompañera.

—No sin que antes lo vea yo —decidió Kira mientras estiraba la mano.

Dudosa, Alicia terminó accediendo a la petición de la piloto. A nivel profesional, sabía que no estaba bien y que lo mejor habría sido borrarlo, pero había algo en la actitud que emanaba Kira Russo que se le hacía temible como un gran lobo, sobre todo cuando en medio estaba Lía.

La discusión de Seung-Hee y Marc se había repetido, y la sensación de incomodidad seguía latente. Kira parecía la más sorprendida, por todo el momento había pensado que su compañero sentiría rencor contra ella y era muy bueno ocultándolo en público.

«¡Russo y yo merecemos el mismo trato!»

Contuvo el deseo de sonreír, quizás porque terminaría convertiéndose en un suspiro de tristeza. Las preferencias entre pilotos por sus propias escuderías eran de lo más normal, tanto en salarios como en el trato que les daban. Ella no sería ni la primera ni la última, y le agotaba tener que esforzarse el doble solo para demostrar que valía tanto como el resto, pero era conciente del camino que eligió.

Nunca será igualWhere stories live. Discover now