Capítulo 13.

480 19 0
                                    

El ambiente está bastante cargado mientras desayuno junto a mis padres. Nadie habla, y en alguna ocasión he pillado a mi padre lanzándome miradas furiosas, pero nada más. No pienso ser yo quien hable para relajar todo, puesto que merezco una disculpa por lo de ayer. Sé que nadie se disculpará, así que. Dejo la cocina mientras me cuelgo la mochila a la espalda. Simplemente me disculparé con mis amigos, que son los únicos que merecen algo bueno.

Miro mi reflejo. Parezco bastante cansada, y las ojeras se notan demasiado para mi gusto. Mi pelo, el cuál me cae por los hombros, yace algo despeinado.

Frunzo los labios y salgo de casa, rumbo al querido instituto (mucha ironía, si). Como de costumbre, intento relajarme al poner música. Desgraciadamente, hoy no funciona. La discusión con mis padres no para de rondarme la cabeza, al igual que la de Mikel. Esta última no está solucionada del todo, y lo que más temo es hablar cara a cara con el.

Por primera vez en años, el camino al instituto se me ha hecho corto. Raro en mí.

Es primera hora de un martes, por lo que toca gimnasia.

Corro a los vestuarios, donde ya hay chicas de mi clase cambiando el uniforme por la ropa deportiva. Entre ellas está Paula, quien al verme me saluda con la mano. Le sonrío y hago un gesto de espera, ya que quiero hablar con ella sobre el asunto de ayer. Me cambio a toda prisa en uno de los probadores y salgo, dirigiéndome a mi taquilla del vestuario, donde allí guardo todo.

 -          Pauleta – digo con un poco de timidez.

-          ¿Qué pasa?

-          Perdona por ser tan borde ayer, estaba cabreada y bueno, la pagué en parte con vosotros.

-          No pasa nada, en serio.

Le doy un pequeño, pero sincero abrazo, y avanzamos torpemente al patio, dispuestas a dar todo en esta clase.

 * * *

Corremos todo lo rápido que podemos, pero sin esforzarnos siquiera. Parecemos tontos dando vueltas alrededor del patio.

Paula y yo, conversamos de la mejor manera que podemos, ya que el aire se nos vas cada dos por tres. Inconscientemente me encuentro con la mirada de Kevin, pero este mira a mi amiga. Sonrío y la miro también.

 -          Oye, ¿te gusta alguien?

-          ¡¿What?! – se para en seco, provocando una pequeña riña por parte del profesor. Nos ponemos de nuevo en marcha sin mucho entusiasmo.

-          Eso, que si te gusta alguien.

-          ¿Y esto a que viene?

-          No sé, me aburro…

-          Pues para tu información, no me gusta nadie.

Recuerdo a Rodric. ¡Joder, Rodric! La última vez que los vi juntos fue cuando los pillé casi besándose, pero nada más.

 -          ¿Qué pasó con Rodric?

-          Un lío, nada serio. Ya sabes.

-          Ya, ya… se nota.

Suspiro y pienso en Kevin. Ellos dos deben salir, intentarlo al menos. Lo exijo, son tal para cuál.

 * * * 

Tener que volver a casa no me hacía ni pizca de gracia. Por primera vez, hubiese deseado permanecer toda la tarde entera en el instituto. Miro a Paula, quién consulta la hora en el móvil.

No te alejes de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora