El Arquitecto de la Oscuridad. Memorias Celestiales

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Más allá de los confines de la Tierra en una zona destinada para los Ángeles, Arcángeles y Serafines de este universo, se encontraban dos arcángeles conversando animadamente.

El mayor de ellos, con miles de años de experiencia, ha sabido cuidar a la humanidad desde tiempos antiguos. En cambio el más joven, era un recién llegado de otra galaxia. Venía de cuidar un remoto planeta y lo había hecho tan bien, que el creador lo había ascendido de ángel a arcángel. Y ahora su nueva misión era velar por la Tierra.

Ambos llevaban varios días juntos, sin moverse de su lugar, conversando de diversos temas. El más joven, sentía que tenía mucho que aprender. Había tantas preguntas que revoloteaban en su mente. Y más desde que estuvo cerca de un grupo de Serafines, que no hacían otra cosa que hablar de la traición de los cielos.

Mientras conversaba con su amigo, decidió preguntar aquello que tanto le había preocupado.

– Daniel, no lo entiendo. Hoy escuche hablar a unos Serafines. Me quede muy inquieto por sus palabras.

– ¿Y qué te inquieta? – preguntó Daniel, el mayor de los dos.

– Dijeron que en este universo, hace algún tiempo hubo deserción de varios compañeros – Comento el más joven. 

– ¿Y qué más escuchaste?

 – Que se fueron a servir al Arquitecto del Caos y la Desgracia.

David miro con tristeza a su compañero, al recordar aquellos terribles días de Oscuridad y guerras.

– Es triste y muy cierto.  

–  ¿Cuándo ocurrió? ¿Por qué lo hicieron?

–  Debes entender Mihael, que no siempre las cosas fueran de esta forma en este Universo – explico señalando con su mano el Cielo y agrego – Antes había mucha corrupción por todos lados y el Cielo no fue la excepción.

– Nunca había escuchado eso.

– Es porque fuiste creado, mucho después de esas guerras, donde miles de nosotros morimos y otros cambiaron de bando.

– ¿Y que hizo el Creador?

– Él observo y no se involucro. Las reglas estaban hechas y nosotros debíamos cumplirlas y ajusticiar a los renegados, aún entre nuestros hermanos.

– Debió ser horrible. ¿Pero qué lo provoco? ¿Por qué cambiaron la luz por la oscuridad?

– No puedes hacerte ni una idea de eso – Hizo una pausa recordando el pasado y añadió – Algunos cambiaron por soberbia, otros por tristeza y muy pocos porque fueron engañados.

– ¿Engañados? ¡Eso es imposible!

 – No lo fue Mihael. El enemigo era muy poderoso, enveneno la mente de algunos hermanos con mentiras y a otros solo les dio las armas para imponer sus deseos a los más débiles.

– No lo sabía. De donde yo vengo, nadie habla de esto. Todos fueron creados al mismo tiempo, no hay nadie con más años. No hay quien cuente estas historias.

– Y es mejor, querido amigo. No es agradable recordar aquellos tiempos, donde el Cielo entro en batalla muchísimas veces. Es triste recordar todas las vidas que se perdieron.

– Entiendo David. Lamento haberte hecho recordar – dijo Mihael mirando sus alas, con gran melancolía.

– No debes entristecerte. Al final todo cambio para bien. Nuevos mundos fueron creados y nuevos ángeles nacieron, como tú.

– Es de suponer que con tantas batallas, haría falta más ángeles y otros seres divinos.

– Así es. Al final quedamos muy pocos de parte de la Luz. Los que sirvieron a la oscuridad fueron juzgados y se los envió muy lejos a cumplir su sentencia.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2014 ⏰

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