Capítulo veinte

72 7 44
                                    

THALIA

Dolor. Dolor por todas partes. Es lo que primero que siento cuando recupero la consciencia. No pensé que la muerte fuera tan terrible. O lo que quiera que sea que le pase a los demonios cuando dejan de existir. Ni siquiera lo pasé tan mal cuando me dispararon hace tanto tiempo. Siento cada parte de mi cuerpo como si estuviera en llamas. Un gemido escapa de entre mis labios y noto lo áspera que tengo la garganta. Me revuelvo un poco pero todo se hace más insoportable y en seguida vuelvo a quedarme inmóvil. Abro un poco los ojos y veo todo borroso. Sé que hay un par de personas contemplándome, mas no soy capaz de enfocar. Parpadeo un poco, a pesar de los pinchazos que atraviesan mi cabeza cuando lo hago. Lentamente, logro visualizar de manera más nítida y descubro la identidad de las figuras que me contemplan. Una es Orion, que porta unas ojeras horribles además de tener una expresión aliviada e incrédula, como si de alguna forma no se creyera que estoy aquí. La otra es Cyntia, que lleva la cara más preocupada que le he visto nunca y tiene los ojos brillantes, como si estuviera al borde de las lágrimas.

Hago el amago de levantarme, pero una vez más, el dolor me lo impide, a la vez que dos pares de manos se posicionan en mi pecho y me inmovilizan con suavidad. Quiero replicar de alguna forma, pero la voz no me responde y lo seca que tengo la garganta tampoco ayuda.

—No hagas esfuerzos. Has estado a punto de desaparecer para siempre. Necesitas descansar —murmura Orion con cansancio. Me mantiene en el sitio durante unos segundos más y luego se separa, en busca de algo.

Mi hermana, por el contrario, toma asiento al lado de la cama en la que estoy tumbada y me observa con atención, sin saber muy bien qué decir o qué hacer. Entiendo el sentimiento. Después de lo que le dije y de que estamos en bandos distintos, es incómodo estar en su presencia si no es peleando.

Cosa que me hace pensar en la guerra. En la batalla que estaba teniendo lugar hace... ¿horas? ¿días? ¿semanas? No sé cuánto tiempo llevo dormida y tengo demasiadas preguntas. Aunque lo que más necesito saber es si Víctor y el resto están bien. Si el Consejo les ha dejado en paz de una vez. Si esas terribles criaturas han vuelto a ser encerradas como se merecen o han escapado. Pero claro, no puedo hacer nada al respecto cuando soy incapaz de hablar.

Por suerte para mí, Cyntia comienza a explicarme lo ocurrido.

—Cuando ese ser te atacó y te desplomaste, las cosas se volvieron un caos de nuevo. Tu protegido empezó a brillar y usó sus poderes, hiriendo a casi todos los presentes, él mismo incluido. Eso por no hablar de cómo destruyó a esas criaturas por completo. Después de eso se desmayó. Orion y yo éramos los menos afectados, así que nos encargamos de llevaros a ambos dentro del edificio y él puso en marcha sus conocimientos sanadores. Tú eras la prioridad porque perdías la vida a una velocidad vertiginosa y no sabíamos si conseguiríamos salvarte. Fue difícil, pero conseguimos dejarte estable, a pesar de que no sabíamos si despertarías. Una vez nos aseguramos de que ya no corrías peligro, nos encargamos de tus amigos y los miembros del Consejo. Hace días que se recuperaron, así que no tienes que preocuparte.

Dejo escapar un suspiro aliviado y una sonrisa comienza a formarse en mis labios, que termina siendo una mueca porque hasta un gesto tan sencillo y natural me provoca unas punzadas terribles. Vuelvo a intentar decir algo, y aunque consigo usar mi voz, no logro articular ninguna palabra y solo dejo escapar una especie de gruñido.

—Tranquila, es normal que no puedas hablar. Llevas sin hacerlo casi dos semanas. Orion ha ido a por algo que te ayude con eso y con el dolor. Dice que debe de ser insoportable —explica con tono tenso.

Asiento levementa a pesar de lo mucho que me cuesta, para darle a entender que la he escuchado y lo he entendido. Normalmente, el saber que llevo tanto tiempo inconsciente me habría dejado demasiado impactada como para preocuparme del resto de cosas. Mas ahora mismo, ese dato no podría importarme menos. Simplemente me alegro de seguir aquí y de que la gente que quiero también esté a salvo. Tengo muchas ganas de verlos, pero sé que primero necesito recuperarme un poco. Apenas puedo moverme sin que me duela, por lo que mis heridas son lo principal en este momento.

DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora