El Teorema de Ashesfold

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¿Y si todos somos solo unas simples almas en pena? ¿y si la vida es la muerte y la muerte es la propia vida? ¿Y si... y si Morgenstone es un humano y yo estoy condenada al dolor?

Alex Ashesfold, mi tío, es el presidente de Dorea, lo cual me hace a mí, provenir de una familia de ricos. Y sí, vivo en la Casa Presidencial de Dorea. Después de que la famosa Tierra colapsara, un grupo algo grande de astrónomos y científicos descubrieron una galaxia: Paperville, ya que, según ellos, gastaron tanto papel en la investigación, que éste merecía algo de crédito. Dentro de Paperville, a la cual llegaron mediante cohetes, descubrieron un planeta en donde había oxígeno y se podía iniciar una nueva vida. Lo llamaron Dorea: Ése era el nombre de la madre de Arthur, un astrónomo con el cerebro algo inestable. Todo esto sucedió en el año 3150. Ahora, en el año 3427, tenemos colonizado completamente a Dorea. Y he aquí a mi tío como presidente. Yo no voy a la escuela, porque mi tío contrata tutores personales para mí. Él no tiene ningún hijo y mis padres no están vivos; él murió cuando mi madre solo tenía cinco meses de embarazo, y ella murió en el parto. Yo pasé a ser la sobrina consentida de mi tío, gracias a que no había otro familiar con el cual quedarme. Cuando llegué por primera vez me sentía como si no perteneciera allí, pero con el paso del tiempo me acostumbré. Cuando mi tío subió a la presidencia, comenzó todo.

–Eva, ¿cómo me veo? –preguntó mi tío.

–Te ves como todo un presidente –respondí yo.

–Gracias –besó mi frente–. Ahora solo me falta preparar todo para explicar el teorema de Ashesfold.

El teorema de Ashesfold. El esperado teorema de Ashesfold. Mi tío siempre ha deseado lograr la paz, y creó su propio teorema. "Los conflictos suceden por las diferencias entre cada persona, y si cada persona se relaciona con los de su clase habrían menos conflictos". Para esto, mi tío agrupa a las personas por colores: el Negro es para las personas "inteligentes y solitarias", el Rojo para "los amigables", y el verde para los "Rebeldes". Mi tío dice que se van a ir formando más grupos mientras avance su época de presidencia. Lo quiero, pero no me agrada para nada su idea.

Cuando fui a las elecciones para ver a qué grupo pertenezco, me encuentro con Atabi y David, mis mejores y únicos amigos. Son tan extraños como yo. Después de que Atabi salió de la Cabina, el lugar en donde deciden tu personalidad, sigo yo. Cuando entré, lo primero que vi fue oscuridad. Y de repente, la luz del techo se encendió para que yo me divisara a mí de niña. No en tendía nada de lo que pasaba. La imagen de una Eva Sanderson a la edad de cinco años cambió a por una de catorce, vestida con unos jeans desgastados a propósito y una playera totalmente blanca. Esa vestimenta empieza a cambiar para convertirse en un vestido negro. "Pertenezco al Negro", pensé. Sentí un impulso por caminar hacia mi propia imagen, y cuando lo empecé a hacer, sonó una campana, y luego, una voz neutra que decía: un avaro, por favor, salte a hoyo detrás suyo, o morirá.

¿Hoyo? Di media vuelta y me encontré con un hoyo en la pared, el cual en su interior tenía una mezcla de colores que yo asimilé con una galaxia. Los colores danzaban mientras la misma voz neutra hacía una cuenta regresiva. Sentí un impulso por vomitar y me mareé, pero segundos antes de que me desmayara, salté al hoyo, así zambulléndome en una oscuridad plena y maldita.

Mi mente vagaba entre recuerdos absurdos e ilógicos, habían flores muertas, una casa ardiendo en fuego, y... Toto. Toto estaba ahí. –Hermano –pensé. Mi visión se fue aclarando hasta que quedé frente a un chico de tez pálida y cabello negro tinta. Toto. Algo dentro de mí me decía que era él.

– ¿Quién eres? –pregunté contradiciéndome.

–Eso tú ya lo sabes –respondió él–. Sígueme.

Obedecí sus órdenes sin decir nada y caminé con él. Observé a mi alrededor. Estaba en un lugar totalmente diferente a Dorea. Y me atrevería a decir que de Paperville.

El suelo era arenoso y de color rojo. Y varias montañas de esto mismo se veían desde mi lugar hasta el horizonte elevándose como espinas de fuego. El cielo era estrellado por la misma mezcla de colores de El Hoyo.

– ¿Qué hago aquí? –le dije.

–Lo mismo que hago yo. Pero, ¿sabes?, eso no lo sé. Solo sé que estoy aquí porque soy un avaro y estoy relacionado con Jack Morgenstone.

Jack Morgenstone. Esas dos palabras retumbaron en mi cabeza, y producían un eco punzante y ensordecedor. En el momento en el que oí su nombre me sentí viva por primera vez.

Jack Morgenstone es mi padre, y ése es el apodo que recibió en el lugar extraño en donde vivo. Y sobrevivo junto con Toto a punta de comida desechada. Extraño mi falta de vida. Desde que supe que él era mi padre entró a mí una energía de vida demasiado espontánea y terrorífica. Soy avara porque soy hija de él. Y ahora me di cuenta de que la vida no es como no la pintaron. Es cruel. Al igual que un humano.

J

El Teorema de AshesfoldWhere stories live. Discover now