Único capítulo

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Disclaimer: : Todos los personajes reconocibles en esta historia se pertenecen a sí mismos. Los personajes originales, trama, diálogos, sentimientos y banner, son de mi autoría.

—¡Georg! —Tom apareció tras él, con un cuadernillo entre sus manos—. ¿Qué color prefieres en la recepción? —preguntó, peinando con los dedos de una mano los cabellos castaños del próximo novio.

—Repítanme otra vez porqué permito que ustedes organicen esto —dijo en un bufido, señalando el color índigo para la decoración del local que habían alquilado.

—Uno, somos mejor amigos en el mundo; dos, porque no tienes mucho dinero para pagar una especialista; tres, porque la que contrataste te estafó y se llevó el dinero; y cuatro, que si no lo hacemos nosotros lo hace la hermana de Gustav —Bill llevaba muchos trajes de diferentes colores y formas hasta el chico de ojos verdes, pero eso no impidió que su boca estuviese cerrada; reclamaba más atención a las dependientes así como también tallas anchas pero no tan largas.

—Georg, no uses rayas. Créeme no van contigo —criticó Tom, arrugando su nariz y frunciendo los labios—. Ni tampoco negro, no vas a un velorio, es tu boda.

—La policía de la moda, auxilio —ironizó Georg—. ¿Qué te parece si vas y me traes un traje que Bill no haya traído? —preguntó, alejando mediante distracciones al mayor de los Kaulitz.

Georg estaba nervioso, no era para menos, faltaban solo tres semanas para su boda y no quería lucir horrendo, incluso se había metido a un curso intensivo de aerobics para poder mejorar su figura. Gustav en cambio parecía disfrutar viéndolo ejercitarse mientras comía una buena porción de grasas saturadas.

—Ugh —gruñó y fue al probador con el traje blanco que Bill le había dado entre manos—. ¡Esto es una talla menos que la mía! —gritó, rojo como un tomate y con la frente sudándole. Siempre era así, le gustaba algo en extremo y cuando iba a los probadores no le quedaba, así trajeran una talla exacta, no, porque ESO no iba con él—. Bill, ¿podrías traerme un tacho de basura y meterme dentro para así ser lo que debo ser? —suspiró y salió vestido, acomodándose los pantalones blancos, trataba de que su trasero se luzca gracias a la tela del terno, pero eso parecía ser licra y se lo formaba como si estuviese desnudo.

—No eres basura; y fuera de bromas, no pienses mal, eh —Georg temió que Bill le dijera que se veía horrible, como un regalo mal envuelto—. Te ves muy sexy, ¡mira tú trasero! —el moreno le dio una nalgada que hizo escocer su mano. Georg abrió los ojos hasta hacer que sus pequeñas pestañas chocaran contra sus párpados, iba a reclamar pero la voz del de rastas interrumpió.

—Bibi, ¿por qué manoseas al novio? —Bill señaló su trasero bien formado y Tom silbó—. Eso está muy bien, ¿qué haces Georg? ¿Te inyectas aceite de avión cada semana, o cómo? —otra nalgada le fue dada y esta vez por parte de Tom.

—Háganme sitio si tenemos que azotar a Georg —Gustav apareció en el lugar, levando el paquete con las invitaciones en él. Los gemelos empalidecieron y Georg se acercó hasta él para besarlo.

—¡No puedes mirar al novio! ¡Jódete Gustav y aléjate de aquí!

—¡Arruinaste todo, esto es de mala suerte!

Los G's miraban con una ceja en alto a los hermanos, definitivamente, ellos nunca entenderían a los Kaulitz, eran los gemelos más raros del mundo. Y, ¿en qué cabeza cabe el no dejar besar a su futuro esposo? Es decir... ¿estaba mal que lo besara como si no hubiese fin?

—¿Qué hizo Gustav? —preguntó a Bill, pues Tom estaba llevando lejos a Gustav, a uno de los probadores lejanos al de Georg, dando la idea de comprarse un traje a Gustav—. Bill, dime por favor —se quitó los pantalones blancos y los puso sobre el pequeño mueble, Bill le alcanzó otros, un poco más holgados pero elegantes.

Instrucciones para preparar una bodaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz