Orgullo de padre

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Era una mañana de día domingo. El hervidor de la cocina estaba funcionando para que Craig pudiese hacerse un café esa mañana, y claro, de paso, hacer uno para Tweek; al chico rubio le fascinaba el café negro y bastante cargado, en lo posible sin azúcar, mientras Craig, a veces le ponía leche condensada a su tazón para endulzarlo. La verdad es que el chico de cabello oscuro no era amante del café, pero desde que se había casado con Tweek, había aprendido a vivir con ello, e incluso a que empezara a gustarle bastante, más porque su sabor le recordaba a los besos de su esposo.

No pasó mucho tiempo para que el olor a café subiera al segundo piso y se escuchara a Tweek gritar desde la habitación.

— ¡Craig! ¡¿Estás haciendo café?! —se escuchó.

—¡¿Tú que crees?! —gritó de vuelta riéndose un poco.

— ¡Bajaré con la niña! —se escuchó mientras algunos golpes sonaban en la planta alta.

— Oh, pensé que seguía dormida...—se dijo para sí mismo Craig, mientras lanzaba un suspiro.

Un año después de su casamiento, Tweek habló mucho de lo maravilloso que sería que ambos tuviesen a un bebé al cual cuidar. Craig por su parte, no estaba del todo seguro, él no consideraba que fuera un "buen material" para ser padre, sin embargo, Tweek se veía tan ilusionado con la idea, que hicieron los trámites de adopción de todas formas. 

Su hija fue bautizada como Elizabeth y llevaba un mes viviendo con ellos. La niña de apenas un año y medio no daba muchos problemas y por sobretodo era adorable; Tweek la escogió por razones que Craig no entendía del todo, el día que la vieron por primera vez el rubio dijo "Ella me recuerda mucho a ti Craig". ¿Cómo podía recordarle a él si lo único que tenían en común era el color de cabello? Elizabeth tenía una pequeña melena que le llegaba hasta los hombros, junto con unos ojos color miel bastante peculiares; parecía que sus ojos te seguían a dónde fueras.

Craig pudo escuchar como Tweek bajaba las escaleras y se precipitó a ver si su esposo necesitaba algo de ayuda. Llegando al pie de la escalera pudo divisar a Tweek con Eli en brazos mientras bostezaba. 

Eli estaba haciendo aquello otra vez: miraba a Craig sin expresión alguna.

Al joven le daban escalofríos al ver la mirada de su hija, ya que a pesar de estar conviviendo juntos por un mes, no había sonreído para Craig ni una sola vez. Tweek y Eli se llevaban muy bien, y las niña se reía constantemente de la muecas que le hacía su papá, pero cuando Craig intentaba hacer lo mismo, solo recibía una mirada atenta y sin expresión, como si lo estuviera juzgando por no ser lo suficientemente gracioso.

— Lo está haciendo de nuevo... —dijo Craig incómodo.

— ¿Hacer qué? —preguntó Tweek al llegar a la planta baja.

— Mirarme de esa forma extraña... 

— Craig, creo que son ideas tuyas... —el rubio volteó a un hija hacia él y esta bostezó.

— No estoy loco —Craig comenzó a caminar hacia la cocina.

Tweek se acercó a su esposo y depositó un beso en su mejilla.

— No estás loco, pero exageras un poco. Solo dale tiempo a la niña... —Tweek elevó a Eli frente a él— ¿Verdad pequeña?

La niña emuló lo que parecía una sonrisa detrás del chupón, mientras sus pies se movían con emoción por el aire. Craig le acercó el café a Tweek una vez estaba sentado en la mesa; y este último dejó a Eli en su propia silla para comer.

— Calentaré la leche, pensé que aún dormía —dijo Craig.

—Pensé lo mismo, pero cuando me desperté estaba de pie en la cuna intentando alcanzar el móvil —el rubio se rió un poco.

[South Park] La seña [Creek]Where stories live. Discover now