Capítulo único

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Disclaimer: Erika y compañía pertenece al juego Eldarya de Beemoov y los personajes: Merlín y Gaius corresponden a la serie de la BBC, solo la trama de esta historia es mía. 

Al mediodía de un día soleado, Erika salió sola al bosque, ya que los jefes de la Guardia de Eel no podían acompañarla para buscar plantas aromáticas y medicinales para Gaius, un anciano alquimista y respetado por todos los guardianes de Eldarya, que las necesitaba para sus requeridas pociones.

Mientras Erika caminaba por el denso, tranquilo y armonioso bosque, recordó como conoció, por primera vez, al anciano alquimista en su segundo día de llegar a Eldarya hace un mes. Fue en su primera misión, Kero la envío para ayudar a Gaius en su laboratorio de alquimia. Gaius tenía el pelo blanco, ojos azules y poseía un gran carisma hacia su trabajo. Al terminar la misión, Erika reconoció que Gaius era una buena persona y que le gustaba su trabajo.

Unos días después, Gaius le contó que tuvo varios aprendices de alquimia, entre ellos estaba Ezarel y su amado sobrino quien tuvo que irse para atender una plaga de enfermedades que asolaba en una aldea cercana de Eldarya, ya que en ese lugar carecía de alquimista. Los miembros del cuartel de Eel decidieron que el mejor para ir a ese sitio era el sobrino de Gaius, no solo porque era alquimista, sino también era mago. El anciano alquimista no le había dicho el nombre de su sobrino, porque, en ese momento, alguien los interrumpió y Erika no tuvo ocasión de preguntarle más.

De pronto, Erika oyó un ruido y dejo todo pensamiento y recuerdo hacia un segundo plano. Estaba tan enfrascada en sus profundos recuerdos que no se había dado cuenta que estaba en lo más profundo del corazón del bosque, en donde habitaban familiares salvajes. Entre ellos estaban los Black Gallytrot y otros animales más atroces que vivían en esa parte peligrosa de esa arboleda. A continuación, miró a su alrededor hasta que vio a un enorme perro negro, con grandes colmillos y su mirada asesina se posaba sobre ella. «¿Qué hago? ¿Correr o esconderme?», pensó y, al mismo tiempo, analizó, estática por el puro miedo que tenía, sin quitar la mirada de encima al gran perro salvaje. El fiero animal se empezó a mover, dirigiéndose a su deliciosa presa, mientras que el cuerpo de Erika empezó a moverse debido a la pura adrenalina que liberaba su cuerpo ante el peligro que le acechaba ante ella. —Creo que lo mejor es correr...

Corrió por donde había venido antes, evitando o saltando obstáculos, como las raíces levantadas de algunos árboles milenarios que habitaban en ese mágico bosque.

—¡Socorro! ¡Qué alguien me ayude! —gritó Erika a todo pulmón, pero nadie la escucho ni la respondió en su auxilio, mientras que el perro la perseguía muy de cerca.

La muchacha miró hacia atrás por milisegundo, pero fue un craso error porque no había visto que más adelante había una raíz que sobresalía del nivel del suelo. Por consiguiente, ella se tropezó y cayó al suelo. Erika intentó levantarse, pero el pie derecho le dolía mucho y pensó que se lo había torcido, o peor aun se lo había roto.

—¡Maldita sea! —se maldijo a sí misma por ser tan risueña y no darse cuenta que la zona del bosque que se había adentrado, era la más peligrosa. Iba a morir sin encontrar un portal para llevarla a su mundo, donde se encontraba sus seres queridos.

Erika, asustada, se levantó, miró hacia el perro y, por segunda vez, cayó de nuevo al suelo mientras que el animal se aproximaba más a ella—. No te acerques... —suplicó Erika, pero sabía que era en vano rogar, ya que la criatura actuaba por puros instintos.

Cuando la bestia iba atacarla, una figura salió de las sombras y de su báculo emergió una poderosa luz azul y la lanzó hacia la criatura. El animal se libró por muy poco de salir muy malherida, pero se asusto y se fue, despavorida, al interior del bosque.

Merlín, el  mago alquimista de EldaryaWhere stories live. Discover now