Una carta

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Los rayos del sol penetraban sin permiso entre la abertura de las cortinas de la ventana. Elina sintió pronto la tibia iluminación en sus mejillas y se despertó. Se sentó al borde de la cama dejando al descubierto sus largas piernas, luego se puso un camisón.

     Una taza de café seguro la despertaría del todo. En su trayecto a la cocina notó un sobre por debajo de la rendija de la puerta. Dubitativa, avanzó para ver de qué se trataba, aunque, a juzgar por los días anteriores, intuía que se trataba del mismo asunto.

     Y en efecto, un sobre sin pegar  y con un trozo de papel doblado yacía dentro. Un escalofrío le recorrió en cuerpo en ese instante. Ni siquiera quizo tocar su contenido, como si al hacerlo ganara el poder de elevarse y formar unos labios parlantes dando sonido a las letras, tal como lo había visto en las películas de Harry Potter.

     Lo cierto era que había recibido cartas anteriormente, todas dentro de un sobre sellado y con un papel blanco dobladas con suma delicadeza y una caligrafía muy bien cuidada en tinta roja. Esta ocasión, como era evidente, la carta tenía otra presentación. Quizá su error fue no haber  acudido a la policía.

     Siguó sujetando el sobre con mucho cuidado y se dirigió al sofá. Antes de sacar el trozo de papel, contuvo el aliento. Presentía que esto era diferente a las anteriores. Con exagerada lentitud fue desdoblando el papel. Pero no pudo en el útlimo segundo. Ella no se atrevió a abrir la carta. No podía por alguna extraña razón que no alcanzaba a comprender.

     De repente se sintió desprotegida así que se estiró el camisón hasta cubrirse parte de las piernas, como si eso la envolviese en una burnuja impenetrable.

     Lo siguiente ocurrrió muy rápido. Por el rabillo del ojo, alcanzó a ver una figura femenina con un objeto que no logró identificar sujetada entre sus manos. Elina sintió un golpe duro en la cabeza y cayó desplomada del meuble al suelo ahogando sus gritos entre las paredes de la sala. La carta, que cayó su lado, se tiñó de rojo.

La carta que se tiñó de rojoWhere stories live. Discover now