TE ENCONTRE

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Una mañana cálida, Summi descubrió un lago, las flores que lo rodeaban, arbustos y árboles le hacían sentir una gran sensación de paz , la familia de Summi lo advirtió con gran insistencia de no salir de la gran mansión porque habitaban bestias salvajes, tal motivo fue la razón de que el pequeño Summi de 9 años se adentrara mucho más al bosque, el nunca vio un animal salvaje a diferencia de su mentor Shigo, quien con palo en mano le daba lecciones de lectura porque a veces solía tartamudear, y siendo el hijo mayor de su clan, tener ese problema no era agradable para su formidable padre.

Esa mañana, luego de unas lecciones de lectura, Summi se fue a explorar, recorrió el jardín que era grande, rodeado de un gran muro separando el jardín del oscuro bosque, al fondo de él había un arbusto que cubría una parte del muro, pero al sumergirse en él, se podía ver un gran agujero el cual Summi aprovechando el descuido de los guardias, salió cruzando el muro.

Summi camino lento rodeando el lago -¿estará fría el agua?-. Pregunto Summi.

-No lo sabrás si no entras-. Respondió una voz que se escuchaba cerca a los árboles.

-No-. Replico Summi -no quiero hacer eso, lo que yo quiero hacer es ver un animal salvaje-.

-Eso es imposible no hay animales salvajes en este bosque-. Comento la voz, -he estado aquí más tiempo que tú y nunca he visto uno-.

Summi continuo rodeando el lago un poco sorprendido y decepcionado, de verdad deseaba poder ver uno.

-Hola-. Saludo un niño que salía detrás de un árbol del otro lado del lago.

-Hola-. Respondió Summi -yo creo que si hay animales salvajes en este bosque, solo que tu no tuviste la suerte de encontrarlos-.

-Yo no vengo al bosque para hacer eso, es muy infantil-. Repuso el niño -tan infantil como buscar dragones-.

-No es infantil-. Replico Summi -es tener espíritu de explorador-.

-¿Explorador?-. Replico el niño -seguro eres un niño de pueblo que sueña cosas absurdas ¿verdad?-.

-No-. Corrigió Summi -soy heredero del clan Sora, ¿ves que no soy un simple niño de pueblo?-.


El clan sora, un clan que años atrás derramaba sangre para expandir sus territorios y aumentar sus riquezas, fue detenido por dos clanes, el clan Ahyku y el clan Blodnas, quienes amenazaron de extinguir a Sora si continuaba tal avance lleno de masacres, así hubo paz por un tiempo.


La familia de Aseok, tenía las vasijas más caras y delicadas en el salón, se los dejo el clan Blodnas al llegar, a Aseok no le permitían jugar ahí, en realidad nadie podía acercarse al salón -con la condición de que no rompas nada-. Dijo una sirvienta Violeta-.

-Si te atrapan me pueden despedir, o hasta peor, podrían matarme-.

-No seas tan dramática-. Respondió Aseok -mi padre no haría tal cosa-.

-Yo no estaría tan segura-. Respondió la sirvienta.

Aseok lo pensó detenidamente, luego soltó una pequeña sonoriza y se dirigió al salón.

Al entrar, encontró una alfombra que se expandía por todo el salón, contó todas las vasijas de color, 29, contó las pequeñas, 11, contó las grandes, 6, de las vasijas que vio, 3 estaban dañadas.

-Joven amo-. Susurro la sirvienta detrás de la gran puerta del salón -creo que ya fue suficiente joven amo-.

-Pero aun no encuentro mi bolsa, papa la metió en una de estas vasijas, tal vez están en las más grandes.- respondió Aseok un poco fastidiado.

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⏰ Ultimo aggiornamento: Oct 01, 2019 ⏰

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