Me pregunto si me recordarás, si en algún momento pensarás en mí, ¿Te acordás cómo te llamaba? Mi pelusa. Y todavía lo hago, siempre que pienso en vos, es decir, todos los días.
Si te soy sincero, puedo creer lo mucho que te llegué amar, bueno, lo mucho que te amo, si jamás te llegué a ver. Es cómo si tu personalidad fue tan preciosa, tan auténtica, tan tierna, tan... tú, que no puedo sacar de mi cabeza tres años desde que te fuiste, tres años en los que no he dejado de llorar, y es que, ¿Cómo podría evitarlo? Fuiste la única con la que me abrí, aunque todo fue por internet, lo sentí tan real, te sentí junto a mí... Y es que, me ayudaste a superar una de las etapas más difíciles de mi vida.
Gracias por haber estado ahí. Te amo, pelusita.
