Qué curiosidad

731 65 121
                                    

¡ADVERTENCIA! Es bonito y duro al mismo tiempo, leedlo solo si os sentís lo suficientemente fuertes emocionalmente como para resistirlo en este momento.

Y, bueno, podríamos decir que Agoney soy yo, por lo que es... bastante real. Y estoy orgullosa de ello, así que espero que, de alguna forma, lo disfrutéis.

Ah, y escuchad la canción si podéis, porfi. Sale hacia el final.

Y, mi Raoul, si llegas a leer esto... Siempre💚

‪– A- Ago... ¿crees que algún día podremos volver a estar juntos? ‬
¿Juntos y bien? – Preguntó Raoul entre sollozos, con su miel, más líquida y brillante que nunca, aunque tan hermosa como siempre (o al menos eso le parecía a él), clavada en sus negros orbes.

– No, mi niño, no lo creo. Una vez leí en algún lado que a veces la persona es la adecuada pero el momento no lo es, y llegué a pensar que tal vez eso era lo que nos pasaba a nosotros. Pero, ¿sabes? Me he dado cuenta de que no es así. Nosotros tuvimos nuestro momento, y tuvimos a nuestra persona. Y, ¿no ha sido acaso precioso lo que hemos tenido?

– Mágico... – Susurró el rubio con una diminuta y tristísima sonrisa en la cara.

– Mágico. – Le devolvió el susurro, tragándose el nudo de su garganta y uniendo su frente a la contraria mientras recordaba el "cuento de hadas" al que su niño siempre hacía alusión cuando se refería a su relación.

"Lo que tú digas, princesa", le respondía él poniendo los ojos en blanco y una inevitable sonrisa de idiota. Una sonrisa que había usado de pegamento demasiadas veces, pero que por muy resistente que fuera, no tenía la fuerza necesaria para sostener el mundo. Su mundo, el que debía dejar que se desmoronara.

– Pero no lo entiendo... siempre hemos podido con todo, siempre hemos seguido a delante.

– No, mi amor, siempre hemos sobrevivido a todas nuestras guerras, pero nunca hemos salido ilesos. Nadie gana en una guerra, y nosotros hemos luchado hasta el final, hasta agotarnos. Pero eso no es vivir, mi vida. Yo... te amo, como nunca he amado ni amaré a nadie, y espero que jamás dudes de ello, porque yo no lo haré. Pero a veces... a veces el amor no es suficiente. Nunca lo es, a mi parecer... y yo sabía que tendríamos que librar muchas batallas, pero pensaba que serían contra el mundo, que lo haríamos juntos, que nos protegeríamos de todo aquel que intentara dañarnos y curaríamos los rasguños que no pudiéramos impedir. Yo quiero luchar contigo, no contra ti.

– Yo... lo siento mucho, Ago, de verdad. Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento. He sido un idiota, prometo que te haré las cosas más sencillas, pero no me dejes.

– Raoul, mi niño, no. No hagas esto, ya es lo suficientemente duro para mi... no me dejes de malo, mucho me está costando dar el paso. Y es que no tienes que cambiar, no quiero que lo hagas. Si lo hicieras no serías el chico del que me enamoré. Simplemente... no estamos hechos para estar juntos. No pasa nada, nadie podrá reprocharnos que no lo intentáramos.

– Por favor, por favor eres lo mas importante que tengo, te quiero en mi vida, no quiero perderte. No puedo perderte...

– Lo se, tú también eres lo más importante que tengo. Y también te quiero en mi vida. Y es precisamente por eso por lo que estoy haciendo esto, pollito, porque no puedo permitir que nos acabemos destruyendo el uno al otro, ni a nosotros mismos. No quiero que llegue el día en que las heridas sean incurables; que se acumulen tantos agujeros de bala que al final solo haya vacío; que el amor, el cariño y la complicidad desaparezcan para dejar lugar tan solo al resentimiento; y que los recuerdos dolorosos opaquen a los bonitos, a los mágicos. Por eso, porque no podría soportar que nuestra música algún día se convierta en ruido, es por lo que debemos separar nuestros caminos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 08, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Qué curiosidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora