CAVERNÍCOLA. UN RELATO DE DAVID BOLANCE

Capitulo 1

Año 1385. La nave Carolina naufraga en la oscura tormenta azotada por los fuertes vientos y la lluvia, es de noche y el frío es terrible. La expedición del capitán Alfonso Ramírez Corso de Quijada está perdida en los mares del norte. Hace un mes que partió de algún puerto de Cantabria, al norte del reino de Castilla.

MARINERO: ¡¡Tierra a la vista!

Un rayo ilumina la cara del marinero, que grita subido al mástil de la nave mientras la lluvia moja su barba y su largo pelo. La luna llena ilumina la silueta a lo lejos de lo que parece ser una tierra desconocida. El capitán Ramírez se acerca a una proa, tambaleándose por las sacudidas de las olas, mojado y con el rostro cansado después de tantos días perdidos en alta mar suspira.

CAPITÁN: -Gracias Dios.

Al alba, la tripulación ancla la nave cerca de la playa y en tres pequeños botes se acercan a ella. Nadie sabe muy bien donde se encuentran. El capitán escribe en su diario mientras los marineros reman.

DIARIO DEL CAPITÁN RAMIREZ.

Estamos a punto de desembarcar en esta tierra alejada de la mano de Dios. Después de tantos días perdidos, esperamos encontrar algo de valor que podamos llevar a cabo en Castilla. No estoy seguro de donde estamos, solo estamos que estamos muy al norte en una tierra desconocida.

La tripulación arriba en la playa aseguran los botes. El capitán hace tres grupos. Dos de exploración y uno de vigilancia. Uno con el capitán al mando se adentra en la maleza hacia el norte. Otro se queda cerca de la playa vigilando las embarcaciones y otro toma la dirección contraria a la del capitán.

A media mañana, después de caminar entre la frondosa maleza el grupo del capitán sube una pequeña montaña y ven una cueva. Hasta entonces no han visto señales de ningún ser humano.

Un marinero se adentra en la cueva y observa los restos de una hoguera.

MARINERO: Capitán, hay restos de fuego.

El capitán y los otros cinco hombres que le acompañan, se adentran en la cueva con antorchas improvisadas y observan extrañas pinturas en las paredes. Parecen animales y hombres cazándolos con lanzas.

Observa cada detalle de las raras pinturas, hay palabras y signos que desconocen. Entonces escuchan murmullos fuera de la cueva, es un lenguaje extraño, que los marineros no consiguen descifrar.

CAPITÁN: ¡SSSS! Apaguen las antorchas, silencio.

Tres siluetas se adentran en la cueva hablando una lengua muy extraña. Los marineros agazapados se mantienen quietos con las armas en la mano. Uno de los seres se topa de frente con un marinero que esta contra la pared en la oscuridad. El marinero, se horroriza cuando ve de cerca la cara extraña que tiene ese ser, y en un acto reflejo dispara su ballesta que atraviesa el pecho de este. El grito que pega al caer al suelo es espantoso. Entonces otro de los seres que es mucho más grande que este, corre hacia el marinero al que no le da tiempo a cargar de nuevo la ballesta, lo coge de la cabeza y se la aplasta contra la pared, salpicando las pinturas con su sangre.Los otros marineros desconcertados ante la situación, tratar de cargar sus armas y acribillar al ser que grita al ver a su compañero en el suelo.

CAPITÁN. ¡¡Quietos no disparen !!

El ser se gira hacia el capitán al escuchar su voz lo coge del cuello estrangulándolo. El capitán queda atónito al sentir esas grandes manos apretándole el cuello. Observa petrificado esa cara tan extraña, con una mandíbula prominente, con un gran frente y cejas que sobresalen mucho de las cuencas de los ojos, los dientes cuadrados y amarillos del ser se aprietan unos contra otros mientras grita. Mide alrededor de 2 metros y es muy corpulento. El capitán no tiene las más mínimas oportunidades de deshacerse de el, entonces un marinero aparece detrás del monstruo y con una piedra le da en la nuca inconscientemente inconsciente. El otro ser que queda, es bastante más pequeño y al ver la situación venta corriendo de la cueva y se adentra en el bosque.