El día esta nublado como siempre, a las seis am la calle se ve aún más gris y la sangre en las pantis de Enai tanto como el de las manos de Esai resalta, vuelven después de dos horas de hacer su mandato, aquellos dos estaban acostumbrados a no dormir o aguantar el hambre que en escasas ocasiones les daba, los jeans favoritos de Esai parecen maltratados por el roce de las armas que llevaba en las piernas, y aunque Enai parecía delgada y débil, se podía notar lo fuerte que era por el peso que parecía llevar con ligereza del hacha que llevaba en uno de sus hombros. Aunque hace cuatro horas estaban uno al lado de otro, recién ahora cruzarían palabras, ellos eran así, su silencio nunca fue incomodo, y las conversaciones que tenían carecían de importancia entre los dos, pero hoy cambiarían las cosas, más bien, esto sería el resultado de pequeñas palabras salida de las bocas de ellos dos. La dejo en un orfanato a los 2 años, junto con un niño extraño quien e dijo que era su hermano. al adoptarlos separaron sus caminos y Kart el padre adoptivo de Enai decide juntarles luego de la desaparición de Esai. ¡¡No se admite copia o adaptación de esta historia!!