Hace dos años que se marchó. No hubieron despedidas ni razones, simplemente un día desapareció de mi vida. Las personas no se van de un día para otro, al menos no las que te importan, al menos no sin avisar... Mi madre dijo que se debería a una mudanza inesperada debido a alguna emergencia familiar. Pero yo sabía que debía haber algo más. Jacob era mi mejor amigo, el que siempre encontraba la manera de hacerme reir con alguna de sus tonterias. Crecimos jugando juntos en el parque de detrás de nuestras casas, yo tiré del pelo a la niña que le robó el estuche y lo colgó de la copa de un árbol de la escuela, el le dio un buen golpe a Jackson en los vestuarios cuando le escuchó esparcir un rumor sobre mi después de mi desastrosa primera cita. Así nos las gastábamos, no dejábamos que nadie se metiera con nosotros, porque solo nosotros podíamos hacerlo. Pero aquel día Jacob no apareció en el instituto y nunca contestó mis llamadas. Semanas después supe que había cambiado el número de teléfono, cuando una abuelita me pidió amablemente que dejara de llamar pues había adquirido el teléfono recientemente por imposición de sus nietos. Hoy hace dos años de todo aquello. Alyssa tiene 17 años y se prepara para su primer día de instituto tras las vacaciones de verano. Se había acostumbrado a su ausencia y había conseguido enterrar bien hondo las esperanzas de que Jacob volviera algún día, de tenerle enfrente y poder preguntarle un simple. ¿Por qué? Pero Alyssa no se esperaba que ese momento estaría muy cerca, ella no se imaginaba que todo estaba a punto de cambiar, que todo en lo que creía estaba a punto de ponerse patas arriba.. ¿Que pasa cuando la persona en la que más confías desaparece durante dos años? ¿Que pasa cuando vuelve a tu vida con miles de secretos y interrogantes? ¿Podrán volver a ser los que eran o todo se habrá roto para siempre?