Raoul recuerda la nieve, tan blanca y tan pura; casi como si fuera inocente.
Pero ya no lo es.
Y menos mal que Agoney está ahí para poder enseñarle lo más maravilloso del color negro (la noche y sus ojos).
Raoul recuerda la nieve, tan blanca y tan pura; casi como si fuera inocente.
Pero ya no lo es.
Y menos mal que Agoney está ahí para poder enseñarle lo más maravilloso del color negro (la noche y sus ojos).