|+|En el centro de aquella espesa niebla, llego a notar que mi llama vital llega a su decadencia lentamente, mientras mis moribundos ojos se cierran al paso que la niebla se desplaza por mis frías mejillas y aquel liquido carmesí fluye en un charco sin fin, inundándome por debajo de mi silueta casi inerte, pero... aquella niebla desaparecía conforme una silueta obscura y esbelta se acercaba lentamente, creí por unos segundos que eras uno de mis usuales sueños en los que suelo despertar de un parpadeo pero... no lo fue... |+| Continua en : No. 1