Esta es una historia de fantasía, con mucho de realidad. Los niños, y en especial mis cachorros (léase nietos), son mi fuente de inspiración. Me crié en un hogar repleto de libros y desde muy temprana edad me convertí en ávida lectora. De muchas de las historias leídas me sentí parte, viéndome como la heroína. Esas mismas historias que creé para mí, hoy las voy reacomodando para mis nietos, los que disfrutan cuando voy a la escuela a compartirlas con sus amigos y compañeros. Para mí es un placer escribir para niños, así como leerles. ¡Los niños disfrutan muchísimo cuando un adulto lee para ellos!
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