Sam es conocido como el chico problema, y su transición a la universidad no hace más que complicar las cosas. Mientras tanto, Lucía, decidida a retomar sus planes académicos, también se encuentra ingresando a la universidad, pero descubre que su hijo, Sam, es el típico "bad boy". A medida que ambos luchan con sus propios desafíos en la universidad, se ven obligados a enfrentarse a sus diferencias y a encontrar una forma de reconciliar sus conflictos familiares mientras navegan por el mundo universitario.