"Su voz era como oro líquido. Su piel suave como el algodón. Su cuerpo dibujado con sutiles soplos de viento te robaba el aliento. A pesar de tener una apariencia tan dulce ella encerraba una personalidad potente. Un lobo con piel de cordero. Ella era ese pájaro rebelde que se golpeaba contra los barrotes de la jaula. Un dulce pájaro cantor y hermoso. Y yo no tenía alas."