Donde un chico roto, tal vez hasta más que ella, conoce a una chica rota. Así de simple. Pero se olvidan de un detalle, a no ser que dos personas descosidas estén dispuestas a coserse, nunca sale bien. Y por desgracia, las personas rotas son tremendamente fáciles de enamorar. "-no, no te estoy reclamando. Sé que puedes tomar tus propias decisiones, pero te lo pido, hazme un favor. Si quieres cortarte, hazlo. Pero tendrás que tomar mis brazos, mirarme directo a los ojos, y hacerlo cuantas veces te lo harías a ti misma. -pero yo no podría herirte de esa manera. Y luego lo entendí todo."