1948. Berlín. Tres años desde que terminara la Segunda Gran Guerra que asoló a media Europa, Alemania continúa con la persecución de los antiguos dirigentes nazis y miembros de la Gestapo. Los mejores agentes del país se encargan de ello, pero es tan solo gracias al detective francés Edmond Arceneaux que una gran parte de los criminales buscados ya andan entre rejas o en la horca.