Era de noche, fui a tu casa pues no habías asistido a la escuela aquel día, toqué el timbre pero nadie me abrió, sabía que estabas adentro así que abrí y entré, la luz estaba apagada, la puerta del cuarto estaba algo abierta, me acerqué despacio y fue cuando te vi, estabas sentado en el piso con la cabeza baja al parecer llorando.