Pero la sorpresa, o más bien encuentro de ahora no era inesperado, es más, el rizado llevaba mucho tiempo esperando para que sucediera. Sintiéndose bastante nervioso y ansioso por conocer de una vez por todas a aquel medio hermano que tenía, quien desde ahora comenzaría a formar parte de lo que era su disfuncional y tal vez extraña, pero al mismo tiempo amorosa familia.
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-¿Crees que no tarden en venir? - era la cuarta vez que Mateo le hacía esa pregunta a su madre, estando cerca de la ventana para poder ver hacia la calle.
-Si Mateo, no te preocupes. - la morocha respondió de manera amable, para nada cansada o irritada por tener que contestar la misma pregunta de nuevo. -Ya no tardan en venir, te apuesto que estarán en la puerta, mucho antes de lo que piensas. - agregó con un tono divertido, mientras se acercaba a Palacios. -¿Estás ansioso por conocerlo?, ¿verdad? - esta vez fue su turno de hacer una pregunta.
-Si, demasiado ansioso. - le dijo, jugando de manera nerviosa con sus pies. -Me es un poco difícil mantener la calma. - confesó. -¿Y qué tal si me odia o no le caigo bien? - inquirió decaído.
-Por favor Mateo, una persona no puede odiar a otra sin haberle dado la oportunidad de conocerla antes. - comentó. -Además dudo mucho que le caigas mal, por lo que nos dijo Juliana, Emi es un amor, bastante cariñoso y amable, pero un poco cohibido cuando se le empieza a conocer. - agrego. -Así que no te mortifiques antes de tiempo, y recuerda todo lo que Maia te dijo. - sugirió, a lo que el menor asintió, suspirando un par de veces de manera profunda y estirando un poco los brazos, en busca de relajar su cuerpo y su mente.
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El rizado había retomado con sus terapias, ahora más que nunca necesitaba hablar con Mónaco, tantos cambios en tan poco tiempo terminaron por agotarlo en cierta manera. Pero era un agotamiento emocional bueno, nada que ver con el de antes que lo hacía sentir agobiado y deprimido.
Ahora se sentía bien consigo mismo, vivía en un nuevo lugar donde nadie lo conocía, y quienes vivían a su alrededor no eran tan entrometidos, como en su viejo hogar. Ahora disfrutaba de ir al colegio, y si bien no tenía muchos amigos, se conformaba con la amistad que había creado con Camilo, con quien se llevaba bastante bien, aunque eran completamente distintos, pero eso hacía que se entendieran a la perfección.
También comenzó a practicar boxeo en el mismo lugar en el que los chicos practicaban taekwondo. Igna le había ayudado en esa parte y programado con el ahora instructor del rizado, los mismos días de entrenamiento que Ecko y él tenían, así Palacios no se sentía solo y le hacían compañía.
La primera sesión que el morocho tuvo fue más que gratificante, nunca había liberado tanta energía y adrenalina en toda su vida, solo cuando era pequeño y corría sin parar por toda la casa, hasta caer rendido en la noche. A pesar de que en un principio le daba miedo hacer algo mal, pero su instructor le fue infundiendo confianza para que dejara de sentirse inseguro y que disfrutará del nuevo deporte que estaba empezando.
Todo, aparentemente en la nueva vida de Mateo parecía ser magnífico, estaba en un nuevo lugar para iniciar de cero, tenía a lo que parecía ser un nuevo amigo, inició en el boxeo, el cual sabía que se iba a convertir en su deporte favorito.
Y comenzaba a sentir algo un poco extraño con referencia a alguien, que nunca antes había sentido en toda su vida. Pero aún no se sentía del todo seguro con ello, así que trataba de no pensar tanto en ese asunto, aunque su mente se lo recordara cuando tenía la oportunidad y estaba cerca de esa persona especial.
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|| T•D•A•H : Trueplik : FINALIZADO : ✅ ||
Fanfiction🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃 -¡MATEO! ¡¿PODÉS ESTARTE QUIETO!? 🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃🍃 ● Manuel Vainstein es el típico pibe aplicado en los estudios. Con un carácter demasiado pesado, caracterizándose por ser frío y poco...
🌌]; Extra ³ 🌌]; Familia 🌌];
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