Capítulo 17: Maquinaciones

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Hannibal le cubrió la mano con la suya.

"Ahora lo tiene"

"Lo hago. Y..." mirándolo con picardía. "Espero que usted también"

"Margot..."

"Sé muy bien por qué ayudó a la familia de la Srta. Graham" insistió con firmeza. "Y no fue sólo por mí"

"Hphm"

Una sonrisa iluminó su rostro.

"Quizá podría ser una boda doble"

"Yo creo que no" Hannibal la miró por un momento, escandalizado, antes de añadir sombríamente. "Además, estoy en absoluto seguro de que voy a estar teniendo una boda de cualquier tipo"

🎩🎩🎩

Unos días después de la cena, Margot volvió a aparecer y estaba sola.

"El Sr. Lecter envía su pesar, en este momento está en Londres visitando a un pariente enfermo" dijo Margot, mientras se quitaba el sombrero y el abrigo en el vestíbulo. "Sin embargo, me ha asegurado que volverá antes de que transcurran los quince días"

Will tuvo la impresión de que eso último iba dirigido a él, y miró a un lado con una confusión de decepción y anticipación. Sin embargo, pronto quedó claro dónde estaba el principal foco de atención de Margot. Aunque sus modales no podían ser criticados, y su conversación no excluía a nadie, entre Alana y ella pasó suficiente comunicación silenciosa para convencerlo de que, al menos, una confirmación oficial de su noviazgo era inminente. Después del té, el Sr. Graham se retiró a la biblioteca, como era su costumbre, y Molly subió a ensayar con su piano. Habiéndose eliminado así dos obstáculos, la Sra. Graham se sentó guiñando un ojo a Fredricka y él con una mortificante falta de tacto, hasta que él se trasladó al otro lado del salón con el pretexto de buscar un libro en particular.

Cuando por fin Fredricka notó los gestos frenéticos de su madre, su respuesta fue completamente traviesa.

"¿Qué le pasa, madre? ¿Por qué me sigue guiñando el ojo? ¿Qué debo hacer?"

Will gimió y miró ansiosamente a Alana, pero para su alivio, ella pareció simplemente divertida. Margot, sentada a su lado, también parecía totalmente indiferente, aunque no se podía decir lo mismo de la señora de la casa.

"¡Nada, niña! ¡No te guiñé un ojo! ¡Cielos, qué idea!"

Su voz se elevó varias octavas, y la mirada que dirigió a su hija mediana advirtió que se avecinaba una severa reprimenda. Sin embargo, de repente se le ocurrió pensar que había una oportunidad que no debía desaprovechar, y se puso de pie de un salto.

"Ven, Fredricka, quiero hablar contigo"

El diablillo precoz sonrió a los tres ocupantes restantes antes de seguir a su madre. Will, inseguro de si deseaba su compañía o no, se ocupó de la estantería hasta que el rápido regreso de la Sra. Graham tomó la decisión de sus manos.

"William, querido, quiero hablar contigo"

Bastaba echar un vistazo a la pareja para ver que este giro de los acontecimientos no era de ninguna manera desagradable, y Will salió del salón con un paso rápido y un corazón alegre.

🎩🎩🎩

Pasó una hora antes de que la Sra. Graham permitiera que alguien se acercará siquiera al salón, pero finalmente Will logró evadirla y regresar.
Al abrir la puerta, observó que Alana y Margot estaban juntas junto a la chimenea, con las manos unidas.

"Oh, perdón" exclamó Will, completamente encantado y dispuesto a retirarse de inmediato, pero Alana negó con la cabeza antes de susurrarle algo a Margot.

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