Ethan, recibió un leve golpe en la cabeza que no fue tan fuerte como para dejarlo en la inconsciencia, igual que ha los otros dos, por lo cual fue testigo de lo que sucedió después. 

- Dy... - Llamaba a su Alfa, con temor, pues el sentía la presencia de otras personas, fuera de la camioneta - Amor... Despierta por favor, Dylan, no me hagas esto, no nos hagas esto cielo - Las lágrimas de Ethan empezaban a brotar de sus ojos, el miedo de lo que le pudiera suceder a él y su familia era enorme.  Entonces la puerta de atrás, justo donde él Omega estaba, se abrió. Ethan observó aterrorizado cuando dos hombre aparecieron y le sonrieron con malicia. 

- No... Por f-avor, no nos hagan daño... - Pedía el Omega, sintiendo la matadita de su pequeño. 

Ethan tenía cerca de cinco meses y medio de embarazo, casi los seis, por lo que tenía miedo que algo grave pudiera ocurrirle a su pequeño cachorrito, se aferraba a la mano de su Alfa y la otra posaba sobre su vientre. 

Su lobo interno aullaba y llamaba con intensidad a su Alfa, pidiéndole ayuda, que los salvará, pero eso no sucedió. 

- Es hora de dormir pequeño mocoso - Dijo uno de los hombres. 

Colocó un trapo en la boca y nariz de Ethan, este forcejeó todo lo que pudo, trato de defenderse, pero su miedo a recibir un golpe y que esto lastimes a su pequeño lo detuvo. 

El Omega quedó inconsciente en cuestión de segundos. Lo sacaron de la camioneta y lo llevaron hasta la de esos hombres, lo colocaron en la parte trasera y cerraron para ponerse en marcha rápidamente. 

Ambos autos se fueron, dejando a dos Alfas en la inconsciencia, ellos creyendo que los habían matado, claro que no los revisaron antes, su único objetivo y orden era llevarse al Omega gestante.  Cumplieron con su orden y no tenían nada más que hacer ahí. 

Unos largos minutos después, Dylan empezó a reaccionar, con un terrible dolor de cabeza y en su cadera, notando que no se podía mover, sus piernas y espalda baja, dolía ha horrores, mientras su cabeza punzada incansable. 

Cuando logró estar plenamente conscientes fue que se dio cuenta que su Omega no estaba junto a él, ahí, su pánico creció y se empezó asustar demasiado. 

- Et... - Llamaba el Alfa - ¡Ethan! - Gritó muy aterrado cuando no lo vio por ningún lado. 

Quería llorar, gritar de dolor al no ver ni tampoco sentir a su hermoso Omega cerca de él, lo que lo preocupó aún más.  Como pudo, tomo su teléfono celular y marco a Asher, quien le contestó al instante. Este le dijo que estaba en el hospital y que habían secuestrado a Joaquin, entonces fue cuando Dy, se dio cuenta que el calvario para la mafia, no había acabado. 

Una ambulancia llegó unos minutos después, notando que Luke estaba con los signos vitales, muy bajos y si no se ponían en marcha, podrían perderlo, producto de un paro cardíaco. 

Dylan, tenía un problema con los discos de su espalda baja, lo que había causado el dolor en sus piernas, a pensar de que no era grave al parecer, debían hacer radiografías y descartar posibles problemas mayores.  Ambos fueron trasladados al hospital. Sin embargo, Dylan no quería ir, él quería buscar a su Omega, les gritaba a los paramédicos, que debía buscar a su pequeño, que debía traerlo consigo, que lo habían secuestrado, pero no podía hacer nada en ese momento, Ethan, había sido secuestrado hacía más de 40 minutos, momento en el que probablemente ya no esté en Corea. 

Una vez en el hospital, tuvieron que sedar a Dylan, pues este se había descontrolado, para ese momento a Luke lo habían llevado de urgencias a la sala de operaciones. 

La situación estaba empeorando y probablemente, vendrían problemas aún peores. 

 

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El Omega de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora