Fui hecho para amarte

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Salimos a la avenida pero estaba más sola que nada, gire a ver a Tom y sonreí.

— ¿Y si usamos el subterráneo? - lo mire y sonreí -

— No se andar en el - me miro -

— Yo si - reí - y nos dejara a dos calles del departamento.

Caminamos hasta el subterráneo, pagamos los tickets y después de unos minutos habíamos abordado, estaba un poco vacio ya que era sábado y eran las diez y media. Él me abrazo por la cintura y comenzo a dejar besos en mi cuello, yo sonreí y pase mis manos por encima de las suyas.

Llegamos al departamento luego de quince minutos, pasamos por los niños y por suerte estaban dormidos así que los dejamos en su habitación. Entre a la de nosotros y mientras me quitaba mis pendientes y mi cadena, Tom estaba entrando.

Se acercó a mi y me abrazo por la cintura, sus besos eran apasionados y llenos de lujuria, comenzo a bajar el cierre de mi vestido y en cuestión de segundos este había caído sobre mis brazos.

Pasaron los días y hoy era jueves, era el cumpleaños de Tom, me quede en casa para así tener tiempo y preparar una cena especial para él.

Compre un pastel y mientras estaba la cena fui a cambiarme de ropa y a los niños igual los cambie de ropa. Emma le tenía un obsequio a Tom, era una foto familiar que habíamos tomado en diciembre y compró un lindo marco, ella dijo que era para ponerlo en su escritorio en la oficina.

Eran las siete de la noche y él llegó, me había enviado un mensaje diciendo que tenía una Junta y que llegaría un poquito tarde.

Camine a la puerta ya que escuche que aún seguía ahí, dejó las llaves del auto sobre la mesita y me miro sonriendo.

— Feliz cumpleaños - sonreí y deje un beso en sus labios -

— Gracias mi amor - sonrió y correspondió al beso - huele delicioso.

— Ven que voy a poner los platos.

Caminamos al comedor y Emma corrió a Tom para abrazarlo. Puse los platos con la comida, nos sentamos a comer y luego al terminar Emma le dio el regalo a Tom, él lo abrió y sonrió.

— ¿Te gusto, papi?

— Me encanta, mi amor - él sonrió y le dio un beso -

— A mami también le daré uno para su escritorio - ella sonrió -

Después de unos minutos ambos estábamos solos en el comedor, él tomó mi mano.

— ¿Puedes hablarme sobre los métodos de concepción? - él me miro y yo sonreí -

— Podemos hacer inseminación artificial, van a pedirte una muestra de tus espermas - sonreí - y después los pondrán en mi, luego de hacerle pruebas claro.

— Entiendo - me miro - ¿y cuándo quieres hacerlo?

— Primero tengo que hacerme unos exámenes y luego podemos ir hablando con la ginecóloga sobre esto.

— Esta bien - sonrió - todo saldrá bien.

Más noche ambos estábamos en la cama, él me daba pequeños besos y recorría todo mi cuello.

Era catorce de febrero y habíamos contratado una niñera para Morgan, Emma y Will. Mi hermano y Scarlett se la pasarían en el departamento ya que ella ya tenía ocho meses de embarazo y no quería salir mucho, en cambio Tom y yo salimos a cenar a un restaurante.

Estábamos esperando nuestro auto, Tom me abrazo por la cintura y sonreí.

— Eres lo mejor que tengo - habló mientras dejaba un beso - y agradezco el hecho de que te casaras conmigo.

Susurros del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora