Un lugar de ensueño II 🌴[✔ Editando]

Premonición soñada

— ¿Y cuándo van a cambiar el restaurant?

—No van a substituirlo —responde Akela —. Estrenarán uno en Lihu'e.

—Suena muy buen. ¿Quién se encargará del lugar?

—Alanah —informa Kai.

— ¡Wow! Es una excelente oportunidad para ella. Debo darle mis felicitaciones.

— ¿Cuándo vendrán las chicas? —cuestiona el de cabello rizado.

—Quizá el próximo fin de semana.

—Música para mis oídos —sonríe el hermano de ojos azules.

—Para despedirse como se debe —digo pícaramente —. Esta vez lo hacen bien, por favor.

—Legua y todo —añade Koa. Los tres nos carcajeamos.

—Sólo eso —señalo con mi dedo índice —... Los estaré vigilando.

—Y yo a ustedes —nos señala. Mi rostro se torna rojo.

Continuamos comiendo. Los gemelos que no son gemelos, pero lo parecen, devoran sus alimentos apresuradamente. ¿De dónde sacan tanto apetito estos chicos? Comen como si fuera su trabajo. Niego riendo.

Contemplo de reojo a mi lado. Akela sigue viendo la ventana, la cual está apuntando hacia la calle. ¿Qué le preocupa? Luce extremadamente pensativo.

¿Vio algo extraño? Necesito preguntar...

—Deberían quedarse.

— ¿Quién?

Me perdí, ¿De qué hablábamos? ¿Estábamos hablando?

—Las tres, todas deberían quedarse —continúa sus palabras el rizos rebeldes.

La incomodidad entre mi novio y yo se hace extremadamente notoria.

—Ustedes ya tienen trabajo, sólo faltan ellas. Pueden buscar empleos. No sería difícil.

—Tenemos todo allá —menciono suave.

— ¿Y no te gustaría vivir aquí?

—Es muy bello. No puedo quedarme —vuelvo a mi comida. ¿Podría quedarme aquí? ¿Dejar a las chicas? ¿Mi trabajo, mi tía y todo? —... Ahora vuelvo —me pongo de pie.

Frente al espejo del baño observo mi reflejo pensativa... ¿Podría?

>Koloa. Taller Kaltana.

Sarey desaparece en la puerta del baño. Akela se levanta de un movimiento.

—Regreso en un minuto. Cuídenla hasta mi regreso —ordena serio sin verlos.

— ¿Todo está bien? —interroga Koa preocupado. Tiene un rostro demasiado severo —... Akela.

Abandona el lugar sin decir más.

—No debiste decir eso —le propina un zape a su hermano. Alborotando sus rizos.

— ¿Qué hice? —se queja sobando su cabeza.

>Sarey.

Vuelvo a la cafetería.

La comida de Akela sigue tal cual. La diferencia, él no está.

— ¿Y Akela?

—Dijo que ahora volvía —contesta Koa.