Y como si el universo, el destino o el azar quisieran mostrarle el camino correcto, Luisita entró en aquel pub acompañada de una pija insoportable de nombre Lourdes. Verla allí, acompañada de aquella morena y sonriéndole a otra mujer que no era ella, afianzó su decisión de marcharse de Madrid, "y cuanto antes, mejor" pensó para sí misma escondiéndose para no ser vista por la rubia y su acompañante.
-Amelia - pronunció con cuidado su amigo que también las había visto entrar. Hablaban distraídamente, parecían contentas y no prestaban atención a nada a su alrededor. Al mirar a Amelia, Ignacio supo que la morena se había percatado de lo mismo.
-Vámonos sin que nos vea, Nacho, por favor - le pidió incapaz de seguir viéndola con otra persona, mucho menos con "esa" persona.
Esperaron a que se distrajeran en la barra y sin ser vistos salieron del local dejando atrás a la "parejita". Dentro, una Luisita con más ganas de irse a casa que de quedarse, se preguntaba una y otra vez por qué había accedido a ir.
-Ya estoy aquí - dijo Marina llegando hasta ellas - lo siento pero Fede, a veces, se pone muy pesado - se disculpó.
-Tranquila, me he encontrado con Lourdes en la puerta y estábamos charlando - contestó Luisita a señalando a la morena.
-Sí, pero ya me voy, que me esperan - señaló a un costado de la barra, donde una chica pedía al camarero mientras la esperaba - me ha alegrado verte, Luisita.
-Igualmente - Contestó despidiéndose con calma - ¿pedimos? - le dijo a su amiga.
-Sí, yo una cerveza - contestó y tras pedir sus bebidas se movieron a un costado del bar donde hablar con algo más de calma - entonces ¿dices que no has vuelto a tener ningún "recuerdo" de esos? - preguntó retomando la conversación que venían teniendo por el camino al bar.
-No, desde la última vez que vi a... a Amelia - era casi estremecedor cómo sentía que se le erizaba toda la piel con tan solo pronunciar su nombre - y la verdad es que lo agradezco, me estaba volviendo loca.
-Pero entonces ¿sí que crees que son recuerdos de tus vidas pasadas con ella? - aún le sorprendía que su amiga creyera en todo aquello.
-¿Sabes que no lo sé? - preguntó retóricamente - pero suponiendo que lo fueran, creo que eran avisos.
-¿Cómo que avisos? Avisos de qué, Luisita.
-Pues - se tapó la cara con las manos - no se cómo puedo estar hablando de esto, yo nunca he creído en esto - se dijo a sí misma.
-Venga va, dime - insistió.
-Creo que eran avisos de qué lo mío con Amelia estaba abocado al fracaso.
-¿Cómo?
-Pues eso... yo que sé, todas esas supuestas vidas anteriores terminaban en tragedia: la tal Isabel, muerta; Aurora, muerta también, las de los 70 separadas y sufriendo... - cuanto más se escuchaba menos podía creer que quién hablaba era ella misma - así que supongo que lo de Amelia y yo simplemente no podía ser y tenía que acabar tarde o temprano.
Marina sabía que toda la frialdad, toda la indiferencia que Luisita había imprimido a su voz no era más que una fachada. Conocía a su amiga demasiado bien como para saber que, por mucho que quisiera disimularlo, estaba rota por dentro.
*****
María llegó a casa cansada, muy cansada: primero la discusión con Nacho de esa tarde y después un turno más ajetreado en el bar habían hecho que su cuerpo y su mente pidieran un largo descanso.. El Kings había estado inusualmente más lleno de lo que se esperaba para ser un día entre semana. Miró su móvil sin tener mensaje alguno y lo dejó malhumorada sobre el sofá al descubrir que Nacho ni siquiera le había mandado un mensaje, tenía que estar realmente enfadado para no enviarle mi un solo mensaje. Suspiró, ella también estaba enfadada porque las cosas que su chico había dicho de su hermana eran demasiado serias y terribles; porque no podía creerse que ella misma estuviera dándole vueltas al asunto.
Fue a la cocina a por algo de beber y tragándose su orgullo volvió al salón con intención de tomar de nuevo el teléfono y ser ella quien iniciara una conversación con la intención de hacer las paces. Sin embargo, antes de llegar a coger el aparato se quedó extrañada por unas leves risas que salían de la habitación en la que se estaba quedando su hermana mayor. No sólo llamaron su atención sino que, además, tuvieron un efecto llamada en ella, por lo que, con extrañeza, se encaminó hacia allí. Las risas se hacían más fuertes según se acercaba y diferenciaba claramente dos tonos muy distintos. Ni siquiera llamó a la puerta. Abrió con lentitud y lo que vio dentro la dejó totalmente fuera de juego.
- No me jodas, Lola - pronunció llamando la atención de su hermana.
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Bueno, ¿qué? ¿Cómo vamos? ¿Bien? ¿Mal? ¿Regular? 😜😜
Ya me contáis!! 👀👀
A descansar 😘😘
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Nuestras Vidas y El Tiempo
Fanfiction#Luimelia✨No se permiten adaptaciones✨ Luisita no sabía que acompañar a su hermana a ver a una bruja, cambiaría su vida para siempre. Amelia creía haber encontrado todo lo que buscaba, hasta que bajó las escaleras del Kings.