- ¿Entonces...? - cuestionó Horacio incómodo.

- Coged patrullas, en bino... Darme cinco minutos - pidió ella, en cuanto su móvil vibró dos veces.

Entró en el chat que compartía con Gellert, los dos últimos mensajes eran una ubicación y un breve texto que decía "Auuda rapid secustro".

- Coged patrullas todos y seguidme, en binomios. Sirenas y rotativas apagadas - comentó rápidamente, corriendo hacia el estacionamiento. Todos la siguieron igual de apresurados - Gustabo y Greco en un patrulla. Michelle y Freddy en otro. Viktor y Horacio en el que queda. Conway conmigo.

- ¿Para qué coño me hiciste venir contigo? - preguntó enfadado Jack, mirando por la ventanilla una vez que habían comenzado a conducir hacia el lugar.

- ¿Querías que separara a las parejitas? - se burló ella, luego suspiro arrepentida - Escucha, lo siento, ¿sí? Solo fue un arrebato de ira y frustración, nunca quise decirtelo, no iba en serio. Yo te amo y nada lo cambiará.

- Yo también te amo, peque. Y te entiendo, sé que no estuve aquí durante mucho tiempo pero te prometo que lo recuperaremos juntos - dijo con una sonrisa triste, mirando el perifl de la chica y colocando su mano sobre la de ella que iba en la palanca de cambios.

Ninguno de los dos volvió a hablar durabte el trayecto, solo se dedicaban sonrisas cómplices y algunas tristes.
Cuando llegaron a una fábrica abandonada perdida por las montañas, bajaron lo más rápido que pudieron de lo vehículos con sus armas en mano.

Entraron lentamente y vieron a cuatro personas allí. Dos niños y dos adultos.

- ¡Oh! Ya llegaron - dijo el que llevaba una bandana en el rostro.

- ¡Alex, Julia! - gritó desesperada Sofya, al ver a sus hijos de rodillas en el suelo, con la manos atadas y una cinta sobre su boca. Ambos se movieron intentando soltarse. Gustabo y Horacio tuvieron que sujetarla por los hombros.

- ¿Has extrañado a tus hijos? Era de esperarse. Deberías aprender de tu noviecita, Conway - comentó el otro, el Calavera.

- ¿Dónde está Gellert? - preguntó Horacio, mirando hacia todos lados, algo nervioso.

- Delante tuyo, ¿no me ves, crestas? - respondió el de bandana, sacándose esta. Allí estaba él, con una sonrisa sádica en sus labios. La castaña solo pudo mirarlo con rabia y apretar su mandíbula.

- Estáis rodeados, bajad las armas - rió con un tono ganador el Calavera.

- Vosotros también - dijo de la misma forma la jefa del FBI.

- No lo creo, princesa - agregó el rubio, alzando una ceja.

- ¿Ah, no? Porque tengo un amigo que me ha enviado un audio, ¿queréis escucharlo? - sin dejar que nadie respondiera le dio a reproducir a la nota de voz que le había enviado Derrick esa tarde.

- Mi amigo me ha pasado el contacto del Calavera, me dijo que el tío necesitaba algo de mí y de mi organización. He hablado con él y me ha dicho que necesita que rodeemos una fábrica en las montañas en la tarde. También ha mencionado que se encontraría con el FBI. Que sepas que si tú estás allí te cubriré a ti, chiqui. Siempre protegiéndote las espaldas, princesa.

- Pobrecito el Calavera, ¿no? Ahora sabes lo que se siente que te apuñalen por la espalda, rata. Las armas al suelo, porfis - dijo con gracia ella, se acercó a sus hijos y les sacó la cinta de la boca suavemente. Luego los abrazó.

- Escúchalo, tiene sus razones. No todo es como creemos - le susurró su hija.

Los dos hombres soltaron las armas rendidos y se acuclillaron con las manos en la cabeza. Todos los miembros del FBI estaban apuntando a las cabezas de los hombres.
Sofya miró a los ojos al de máscara y pudo ver pequeños destellos de esperanza y admiración en sus ojos, como un niño veía a su madre.

- No le dispareis al Calavera, tendremos una charla él y yo - comentó una vez que estaba de pie. Todos la miraron extrañados.

Ninguno cuestionó lo que había dicho y dispararon al rubio.

- Llevaros a Julia y Alex, yo iré en un rato. No temáis por mí, de verdad.

Jack le dio un breve beso y se acercó a sus hijos para desatarlos y abrazarlos. Cargándolos, uno en cada brazo, salió del lugar, siendo seguido por Freddy.
Gustabo y Horacio la abrazaron y también corrieron hacia afuera.
Michelle la saludó desde lejos con su mano.
Viktor la abrazó por la cintura y ella aprovechó la oportunidad para susurrarle un "Arregla las cosas con Greco, no seas tonto. Ambos se extrañan".
Y Greco, la abrazó fuertemente y dejó un beso en la cabeza de la chica.

Sofya volteó y se sentó frente a él, con las piernas cruzadas.

- Siéntate - él se sentó igual que ella y agachó la cabeza, arrepentido.

- ¿Quién eres?

***
Holaaaa. ¿Cómo andaann? Yo nerviositaaa xd
Penúltimo capítulo :( toy triste. ¿Qué les parece el capítulo?
XOXO, Kmi <3

We All Can Heal - Jack Conway Donde viven las historias. Descúbrelo ahora