Aquello le causó cierta gracia, fijo su mirada más al fondo y ahí se encontraba una alfombra larga que daba paso a un hermoso altar con un arco de flores violetas y blancas. Al rededor había sillas que quedaban a juego con las flores que decoraban aquel lugar. Sin dudas un lugar hermoso donde cansarse.

Apenas entraron sus ojos chocaron con las de un peliverde que no quería ver ni en pintura, ni en la mierda de un animal.

Pero al parecer aquel ser no pensaba lo mismo, se acercó a ellos con total tranquilidad.

- Ho-Hola Kirishima. - miro al cenizo algo dudoso. - Hola Bakugo. - su voz sonaba cortante algo que nunca hizo Midoriya, pero tanto el como Bakugo sabían la razón exacta.

- Hola - no quería ni mirarlo, solo le traía malos recuerdos.

No era necesario decirlo, pero para Kirishima aquel ambiente era sofocante mente incomodo.

- ¡Miren chicos ahí están Bakugo y Kirishima! - Mina con su típica sonrisa y con las manos extendidas exclamaba en una de las mesas. - ¡aquí! ¡Estamos aquí! - su salvación.

- Oh, mucho gusto en volverte a ver Midoriya, pero creo que nos esperan. - Kirishima aprovecho el momento para jalar a Bakugo y para volverse a encontrar con sus viejos amigos.

- ¡Cuánto tiempo chico! Hace meses que no hablamos

- ¿Quien? ¿nosotros?, si vosotros dos son los más perdidos, ni siquiera ven las conversaciones del grupo de WhatsApp.

- Que te puedo decir la compañía de Taishiro últimamente esta muy congestionada.

- ¿Y tu Bakugo?

- Estoy ocupado con Best Jeanist.

Una voz cortante fue lo que salió, eso indicaba que no quería hablar, algo que entendieron perfectamente, pero no apagaría sus ánimos así que empezaron a hablar animosamente entre ellos, enserio eran unos idiotas, o tal ves el idiota era el que no dejaba de pensar en Todoroki.

¿Cómo estará?

¿estará nervioso?

¿estará feliz?

¿lo verá?

¿por lo menos lo notara?

¿Seguirá teniendo sentimientos por el?
¿aún que sean mínimos?

No, ésa última era imposibles, le hizo mucho daño, tenía el presentimiento de que ni siquiera quería verlo.

¿entonces qué hacía aquí?

¿Por qué no mejor se iba?

No, eso sería de cobardes, tenía que enfrentarlo, ya escapo por mucho tiempo y el no era ni un miedoso.

Una suave campana lo sacó de sus pensamientos, era hora de que empezara la ceremonia, todos se dirigieron a los asientos del altar mientras un chico de cabellos morados se dejaba ver con una sonrisa y con cierto rubor en las mejillas.

Se lo veía feliz y como no estarlo se casaría con Shoto Todoroki, al chico que alguna vez le rompió el corazón.

Okey no está preparado, no lo resistiría, se equivocó, no puede ver lo casarse con otra persona, no, simplemente no podría.

Intento pararse, quiso escapar de nuevo, pero la música que empezó a sonar lo dejo estático, miro detrás de él dejando ver a un Bicolor vestido de blanco con un velo que le tapaba la cara sosteniendo un ramo de rosas mientras avanzaba de la mano con su madre.

FIEBRE (one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora