- ¡Daniel! ¿Qué estás haciendo en esa rama tan alta? -vi que estaba parado en la rama de uno de esos árboles tan altos, parecía que tenía miedo.

- Me subí aquí para esconderme de ti... solo quería jugar...

- Pues tienes que bajar ya Dani, nos están buscando, tenemos que irnos ya.

- ¡Lo sé, lo sé! Pero... no puedo bajar, me resbalaré y me caeré...

- Pero... Daniel nos persiguen en un helicóptero, esto es serio, solo baja de ahí.

- ¡Está muy alto!

Rayos... tiene razón, esa rama a la que se ha subido está realmente alta y lo peor es que ahora no puede bajarse... vaya que parece un gatito en un árbol... pero este no es momento para bromas ¡Tenemos que irnos ya!

No sé de dónde se me ocurrió, pero di un gran salto ¡Y vaya que me elevé en el aire! Casi, casi tanto como para alcanzar la rama de Daniel, está bien... si puedo saltar tan alto tendré que alcanzarlo y bajarlo, salté de nuevo pero otra vez no alcancé la rama, no me rendiré... di un par de altos más, pero es inútil, no puedo hacerlo... tal vez si salto hacia el tronco del árbol y lo escalo... salté y me agarré del tronco del árbol, pero que mierda, es muy revalorizo, yo... no creo que... ¡AHHH!

- ¡¿Leonardo estas bien?!

- Auch... sí Dani -intenté levantarme pues me caí al suelo- Ahhh...

- ¿Qué pasó? ¿Te lastimaste?

- No... solo un poco, creo que me torcí el pie en esa caída -dije frotándome el tobillo.

- Lo siento... no debí subirme aquí, soy un idiota...

- No digas eso Daniel, no eres un idiota, nunca te llames así ¿me escuchas?

Ok... pensemos un poco... si ya no puedo saltar por mi pie lastimado y tampoco puedo trepar... entonces la única opción que nos queda es que Daniel de un salto hacia aquí, sé que suena estúpido, pero creo que lo puedo atrapar y así caerá sin hacerse daño. Sí, esa es la respuesta ¡Lo atraparé!

- ¡Daniel tienes que saltar y te atraparé!

- ¿Qué? Pero...

- Vamos Daniel, confía en mí... por favor.

- Yo confió en ti Leonardo, pero... es que está tan alto...

Entonces ambos escuchamos como el ruido de las hélices se hacían más fuertes, se estaban acercando aquí... y si no nos íbamos nos encontrarían ¡Tenemos que actuar rápido!

- ¡Rápido Daniel! ¡Salta y yo te atraparé! -extendí mis manos.

- Está bien, pero... yo...

- Vamos Daniel, yo sé que tú eres un chico valiente, lo puedes hacer.

- Sí... a-aquí voy... ¡Pero me atrapas!

- Siempre Daniel... yo siempre te protegeré -le sonreí.

Vi como Daniel cerró sus ojitos y saltó... ahí viene... tengo que atraparlo, tengo que cuidarlo... lo amo... y no dejaré que nada ni nadie le haga daño... aquí viene, voy a atraparlo... yo voy...

Leonardo despertó por culpa de la alarma de su reloj de pulsera, el pelinegro miró hacia el cielo, aún estaba oscuro. Miro hacia todos los lados, había tenido un sueño algo loco, pero recordaba todo en ese sueño... entonces vio a Daniel en sus brazos, durmiendo plácidamente abrazándolo, Leonardo sonrió y apagó su alarma... ya eran las cinco de la madrugada, hora en la que de verdad tenían que seguir su camino, seguir escapando. Pero antes de despertar al rubio Leonardo lo miro dormir tan pacíficamente, "Entonces creo que al final sí conseguí atraparte ¿no?" pensó para sí mismo mientras una sonrisa de dibujaba en su rostro, el pelinegro inspiró fuerte llenando sus pulmones de aire fresco y luego soltó todo el aire, era tan rico despertar tan temprano... increíblemente no tenía sueño, pero seguro que su pequeño rubio se quejaría por el sueño. Para despertarlo, Leonardo apretó las flexibles mejillas de Daniel, haciendo que el menor se despertara con un bostezo.

El Chico de la bici [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora