PAPER HEARTS

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- Señor ¿se siente bien? Necesita ir...

- Estoy bien - interrumpió - cállese y conduzca - le dejó sobre el tablero varios billetes que correspondía al viaje y una muy buena propina.
Con ésto, el trabajador se quedó un poco más tranquilo y en silencio hasta llegar al lugar.

Apenas llegaron, bajó con el coche casi en marcha.
Escondió sus manos bajo las axilas para que nadie viera que estaba sangrando y además, para cubrirse un poco del frío.
Pudo entrar fácilmente.
Aunque su actitud y su atuendo eran raros, la recepcionista y el portero lo conocían, así que lo dejaron pasar con un saludo.
¿Cómo no lo harían? Era uno de los dueños del lugar, jamás se les hubiese ocurrido sacarlo aunque su aspecto era lamentable.

Llegó al piso donde se encontraba la oficina de Mark y de la misma forma, pasó velozmente ante el saludo de la secretaria que se puso de pie apenas verlo.

- Señor Min no esperábamos verlo en el día de hoy, quiere que....

- ¿Mark esta ahí? - señaló la oficina sin parar de andar.

- S-si... quiere que lo anun... - dijo la chica confusa levantando el teléfono.

- No será necesario.

Recorrió el pasillo como ya lo había hecho varias veces y arremetió contra la puerta.
Mark estaba sentado detrás de su escritorio rodeado de papeles y se sorprendió ante la escandalosa entrada. Se puso de pie de inmediato, solo para recibir el fuerte golpe en la mandíbula que lo dejó tambaleante y completamente fuera de sí. Solamente las sacudidas que vinieron después lo despejaron.

- Dime ¿por qué mierda lo hiciste? - Yoongi escupió en su cara mientras hablaba - ¡él era tu amigo, él te amaba como a un hermano eras su única familia!

A Mark le costó bastante reaccionar de que se trataba todo eso.

- ¡Señor Min por favor!! - la secretaria se había acercado al sentir el alboroto y cuando vió la sangre salir de la nariz de su jefe se asustó - ¿qué sucede por Dios?

Intentó tomar a Yoongi por los hombros pero pronto se dió cuenta que era un caso perdido.

- Señor Min, voy a tener que llamar a seguridad, por favor.

Yoongi se detuvo al escuchar las súplicas de la chica mirando a los ojos de Mark como si se tratara del mismo demonio.

- ¿Por qué lo hiciste? - repitió.

Éste no respondió, estaba aturdido aún por del golpe.

Ella dudó un segundo antes de moverse mirando a uno y al otro sin saber que demonios estaba sucediendo y que hacer.

- Llamaré a seguridad - la chica corrió a la puerta.

- No es necesario Hanna. Cierra la puerta - hablo Mark tranquilamente.

Tocó su rostro, notó que tenía un gran corte en el labio y provablemente la nariz rota.

- ¿Estás loco Min?

- ¿Cómo puedes ser tan cínico? - señaló al otro con desprecio - Escuché el maldito audio donde le decías el lugar y el día donde estaríamos con Hoseok. Le pagaste a alguien para que asesinarla a tu amigo.

Entonces la perra si tenía pruebas. Y el maldito no se había deshecho del teléfono como habían acordado. Lo había conservado para limpiar su trasero.

- No, Min, no fue así - Mark bajó la mirada fingiendo estar acongojado por la situación y la levantó desafiante cuando dijo las siguientes palabras - Quería deshacerme de tí. Hoseok no debía estar ahí ese día.