13. Norwegian Wood (FINAL).

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- Alan, ¿Te veo en la empresa en dos horas? - Logró preguntar, no quería responder a la pregunta de aquel idiota, no siquiera podía mirarle a los ojos porque todos los recuerdos amargos le hacen llorar.

- Claro - Suspiró y sonrió con calidez, entendiendo el mensaje, una corta despedida y se marchó.

Vió por última vez el cielo, donde las golondrinas emprendían el vuelo en parvada, un suspiro lastimero salió de su garganta, se quedó un momento más antes de irse y conocer más de los negocios de su padre.

No sabía que el dolor estaba por derrumbar todos los pilares de su vida.

■°■°■°■°

Prepara todo mientras el televisor emite el noticiero, no presta mucha atención a la voz de la reportera, sus pies descalzos sobre el azulejo, vestido con un conjunto de lencería color negro y una camisa de su señor, esa que tanto le gusta, con el aroma de Emilio en ella, el color azul celeste en contraste con su piel.

Después de pasarse la mayoría del día en la empresa, fue hasta la habitación del pequeño motel, encontrando todo en orden, la colonia amaderada del señor Marcos permanecía fresca y exquisita.

Había preparado la cena, el reloj marca las 18:35 p.m., hacía poco tiempo que Emilio le avisaba que ya iban de regreso, mentiría si no dijera que siente nervios, aquel presentimiento no había desaparecido a pesar de que su mente estuvo todo el día enfocada en cifras y contratos, algo no estaba bien, el dolor en su pecho se volvía más insoportable.

Mientras la lasaña se cocina en el horno, busca en el estante un botella de vino adecuada, entonces algo en el noticiero aburrido capta su atención.

- Noticia de última hora: Se le informa que el jet privado donde viajaba el empresario Ernesto Bondoni y su acompañante Emilio Marcos ha sido embestido por otro jet en Milwaukee, justo en Juneau Avenue Bridge, hasta el momento las autoridades de Milwaukee se han presentado en el lugar del accidente para acordonar la zona.

El vaso que tenía en una de sus manos cayó, el agua fría empezó a correr por el suelo, mojando las palmas de sus pies, aquella sensación que tanto le recuerda al asesinato de su madre volvió, las imágenes en el televisor mostraban dos aeronaves colisionadas en medio de uno de los puentes más importantes de Milwaukee, humo subiendo y leves muestras de fuego que los bomberos apagaban, policías tratando de calmar a las personas que se acercaban a ver el accidente, peritos buscando algún cuerpo.

Las lágrimas opacaron su vista, se sentía cómo aquel niño de 9 años que presenció el asesinato de su propia madre, su respiración entrecortada hacía que sus pulmones empezaran a doler, un frío corrió por su espina dorsal, sus piernas le hicieron caer y pronto la obviedad llegó a la noticia.

- El empresario Ernesto Bondoni ha muerto.

La voz de la reportera acompañada de la cámara que enfoca la imagen de su padre destrozada, su cuerpo desbordante de sangre, su teléfono celular empezó a sonar con insistencia, estaba en shock y solo podía repetirse que su padre ya no estaba más con él.

La puerta sonaba con insistencia, no podía mover los dedos, solo miraba el noticiero mientras la atención se desviaba por un momento y transmitían la sección de deportes.

El gerente logró entrar, se acercó rápidamente y tan pronto como puso una de sus manos sobre el hombro, unos brazos se sostuvieron con fuerza de su cuello y las lágrimas mojaron su camisa y sollozos llenos de dolor quedaban atrapados, el hombre solo pudo abrazarle mientras el chico libera todo y se aferra a su cuerpo.

Su padre.

La única persona que le quedaba.

Ese hombre que le enseñó el valor del trabajo, la prosperidad y la paciencia.

Una de las personas a quien le agradece por darle la vida y enseñarle a vivirla.

Quien le aceptó por su orientación sexual, palabras de consuelo cuando sufría una decepción amorosa.

Y en su mente se coló el nombre de otra persona.

Emilio.

Su alma de desgarró aún más, un grito de dolor atrapado por el pecho de un desconocido.

Aquel hombre rizado que le hizo tocar las nubes, su amante, la persona que le regresó la fe en el amor y la confianza, quien reforzó sus pilares de fuerza y le hizo sentir divino.

La primera persona en hacerle el amor.

Nunca informaron sobre su cuerpo, no hubo imágenes, nadie mencionó su nombre más allá de la relación de negocios con su padre, nadie parecía preocuparse por su amor.

Y, con el rostro bañado de lágrimas, sus manos apretando con fuerza la popelina y el corazón hecho polvo, entendió una sola cosa:

Estaba muerto en vida.

■°■°■°■°

Después de llamadas, órdenes y un viaje de traslado, médicos forenses revisando el cuerpo y dictando que antes del impacto Ernesto fue asesinado con dos disparos directos en la espalda, pulverizando ambos pulmones haciendo que muriera al instante.

Para él fue difícil ir a la morgue y reconocer el cuerpo de su padre, se aferró con fuerza y negaba rotundamente que estuviera muerto, le rogaba al cielo que todo fuese un jodida pesadilla, lo peor llegó cuándo preguntó sobre Emilio, negándole haber encontrado el cuerpo o algún miembro.

Sin perder más el tiempo, el funeral fue transmitido por los noticieros locales, personalidades del medio lamentaban la pérdida de Ernesto, un entierro en dónde solo se mantuvo serio, ninguna expresión en su rostro, la tristeza se reflejaba en sus ojos pero nada más.

Primera plana.

Todos los medios hablando sobre el accidente.

Y nadie mencionó el nombre de Emilio Marcos...

Continuara...

Pequeño Motel | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora