Capitulo 1. De cómo Jean tenía un extraño Sueño.

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Aquel viernes, cuando algo comenzó a cambiar en su vida, había tenido dos exámenes, uno de Análisis Numérico y otro de Sistemas de Controles Automáticos, su mente estaba agotada y para colmo de males, había trasnochado estudiando. Almorzó "pan con refresco" y se encamino a su trabajo, mas dormido que despierto.

Al llegar, saludo a todos en la firma de ingenieros, era el típico muchacho vivaracho y bonachón, del tipo de persona que rápidamente se gana el corazón de todos, por eso todos lo querían mucho y ya tenía asegurada un contrato fijo a penas obtuviese su titulo. Como siempre, una vez cumplido el protocolo social, paso su tarde sumergido en unos cálculos para un proyecto nuevo, nada del otro mundo para él, ya que se destacaba en las matemáticas y el uso de las computadoras. Así que su profesión, él la veía muy fácil y divertida.

Al salir del trabajo ya lo esperaban su hermosa "Bella" y un par de amigos con sus respectivas parejas. Era viernes y las reglas sociales dictan que había que tomarse un "par de cervezas" con los amigos y la novia. Esa tarde y noche fue larga, como pocas, él solo sentía cansancio, pese a eso disfruto su tiempo de esparcimiento, pasadas las 2:00 a.m. ya era hora de descansar. Y después de haber dejando a su amada Bella en casa, él podía al fin, reposar en su cama.

- Dios... al fin en casa!!! –

Un poco ebrio, pero plenamente consciente se dijo así mismo, al entrar en aquel impecable apartamento de soltero donde vivía, era el apartamento 1A, solo tenía dos habitaciones, una que servía de sala y un cuarto amplio que era dormitorio y estudio a la vez, un baño normal pero con tina que estaba en su cuarto, era la tercera estancia de aquel pequeño apartamento ubicado en la zona norte de la ciudad de Maracaibo, que para Jean era el mejor apartamento del mundo.

Continúo Jean su soliloquio, típico en el:

- Diosito... 'toy tan cansado que me voy a quedar dormido de pie, "que molleja de trajín" me toco hoy, ojala pueda dormir, porque aun sigo pensando en las ecuaciones del examen, no se... pero creo que la solución no era 1, esa vaina no podía ser tan fácil.-

Mientras se perdía en sus pensamientos, dormitaba en la ducha, medio sonámbulo por el alcohol y el trasnocho, se lavo como pudo y paso a ponerse su pijama, un viejo short con más años que él mismo, pero que según él, era el más cómodo para dormir.

En aquella ciudad caracterizada por un sol implacable y sensación térmica por encima de los 40°C tenias dos opciones para dormir, o usar "ventilador" y poca ropa o comprarse un gran acondicionador de aire para cada habitación, en el caso de Jean, solo tenía un ventilador grande y ruidoso que colgaba del techo de su habitación, su short, el aire que entraba por la amplia ventana que al estar en el 1er piso de ese edificio podía dejar abierta muchas veces, para completar tenía sus sabanas finas de tela muy suave...

Arrullado por la resolución de ecuaciones en su mente, concilio el sueño rápidamente....

Esa noche, todo estaba normal... Pero varias veces se despertó sobresaltado... aquel sueño que llevaba semanas teniendo, y en el cual una mujer lo llamaba había cesado... sin embargo en su mente, seguía escuchando la voz de aquella mujer que lo llamaba...

- Coño, estoy bonito.... Ahora escucho que me llaman dormido. ¿Sera que estaba mala la cerveza?-

Hablando para sus adentros, se recriminaba Jean, lo que para él era locura propia de un ebrio. Sin embargo, después de despertarse unas tres veces, por la misma sensación de estar siendo llamado por alguien, se percato que eran las 3:13 de la madrugada...

- haaaa... Qué bello, ahora desvelado... Y no he dormido nada, ahora después de viejo miedoso... Erga...-

Un escalofrió sudoroso recorría el cuerpo de aquel mucho, pero la sensación de ultratumba no era extraña para el... Desde que recordaba podía sentir y algunas veces hasta "ver cosas", que el asociaba a espíritus. Pero esta noche en particular la sensación era extraña... Ya para las 4 am, después del miedo, el sopor del calor marabino y el cansancio mental y físico del día, no importo que el mismo Lucifer se parara a llamarlo, Jean dormía tan profundo que ni sus propios y estrepitosos ronquidos le podrían despertar. Así durmió plácidamente aquella madrugada de sábado...

El Lirio y El Ceibo (El Tesoro de la Quesera.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora