A pesar de que estoy agotada logró mantenerme toda la noche despierta. Ya ha amanecido pero decido dejar a Marvel dormir un poco más. Cuando el cielo comienza a tomar un color gris sueva le sacudo el hombre. Se despierta sobresaltado.

-¿Cuanto he dormido?

-Mucho, pero era lo justo. -respondo sonriendo. -Dormiré ahora. Si pasa algo despiértame.

Y al parecer no pasa nada interesante ya que me despierto cuando la luz de la tarde llega a mis ojos.

-Buenas tardes. -dice Marvel apareciendo entre los árboles. Tiene el pelo y la ropa mojada así que supongo que se habrá ido a lavar.

-¿Alguna noticia nueva de Cato o los del 12?

-No. Esto está bastante aburrido.

Esa frase me hace caer en algo. La audiencia estará aburrida, y esta claro que los Vigilantes no se quedarán con los brazos cruzados. Harán algo para que nos reencontremos y me asusta pensar que será.

Un paracaídas aterriza en el suelo con dos platos (con sus cubiertos) de estofado con arroz. Después de comerlos decidimos abandonar el "campamento" y buscar a los demás. Esto tiene que acabarse ya. Meto los sacos de dormir y los restos de comida en la mochila y Marvel se la pone a la espalda.

Llegamos al río y nos damos cuenta que el nivel del agua ha descendido notablemente. Como si el 5 minutos alguien hubiera evaporado todo.

-Esto es imposible... hace tres horas me lave aquí. -señala Marvel confundido.

-Es obvio que lo han hecho los vigilantes. 

-¿Y como bebemos ahora? ¡Solo tenemos dos cantimploras llenas! -chilla.

-Podemos ir al lago. -respondo.

-Hay es donde quieren que vayamos.

-¿Y tienes una idea mejor? -grito.

Marvel no dice nada pero en su mirada veo que reconoce que no tenemos mejor plan. Nos dirigimos hacia el lago siguiendo el camino de río. Hoy hace especialmente calor. Demasiado para mi gusto. Intento evitar el impulso de beberme las dos cantimploras de un trago.

Como nos hemos puesto en marcha tarde, se nos ha hecho de noche en el camino. Decidimos pararnos en una zona llena de árboles cuando el himno suena por todo el estadio y el sello de Panem ilumina el cielo.

Cuando todo se vuelve a oscurecer y un ruído rompe todo el silencio. No reconozco muy bien el sonido pero no suena muy acogedor. Nos levantamos de un salto y nos miramos. Un grito llega hasta nosotros. Un grito de dolor.

-¿Que es eso? -pregunto retrocediendo unos pasos asustada. 

-No lo se, pero esta cerca.

Decidimos seguir caminando alejándonos lo más posible de esos ruídos. Reconozco el camino y se que queda poco para llegar a la Cornucopia.

Unos ladridos acompañado de unos gritos de dolor nos paran en seco. Marvel se acerca y me abraza. 

-Tengo la sensación de que esta va a ser la última noche aquí. -susurra. -Tenemos que salir de está ¿vale?

Asiento despacio y nos besamos. Nos besamos como si fuera la última vez que lo vayamos a hacer y ahora mismo, eso es muy probable.

Seguimos el camino, yo con un cuchillo en cada mano y Marvel con la lanza. Oigo algo detrás de un arbusto que esta detrás mio y me paro. Marvel no se da cuenta y sigue andando pero no le detengo, ya que siento que si hago cualquier ruido algo saltará hacia mi.

Y vaya si salta. Nada más girar la cabeza una criatura negra salta sobre mi. Grito con todas mis fuerzas mientras intento apartar el animal con el cuchillo. Parece un lobo, pero un lobo no tiene colmillos de casi medio metro y unas uñas afiladas de 15 centímetros. En ese momento le miro a sus ojos marrones y no veo unos ojos de cualquier perro o lobo, si no humanos. ¡Es Clove!

Oigo a Marvel venir corriendo hacia aquí y clavarle la lanza al animal.

-¡Corre! -grita agarrándome del brazo para levantarme. Dos criaturas más aparecen del suelo.

-¡Marvel, son mutaciones de los tributos muertos! -chilló mientras corremos lo más rápido posible a la Cornucopia.

Los mutos nos siguen por detrás a escasos metros. Me pregunto si ya habrán matado a Cato. Ha unos metros de llegar a la llanura donde esta la Cornucopia, me tropiezo con una rama y caigo al suelo.

-¡Levanta! -exclama Marvel acercándose a mi a toda prisa. Un muto salta sobre mi y clava sus largas uñas en mi espalda. Ahogo un grito y noto como las lágrimas se acumulan en mis ojos. 

Marvel coge la lanza y se la clava al animal. Me levanto rápidamente y llegamos a la llanura. Ahora hay cuatro mutos en vez de 3 y nos pisan los talones. Llegamos al cuerno de metal de la Cornucopia, que esta tan caliente que de solo tocarlo me salen ampollas en las manos.

-¡Escala! -grita Marvel cogiéndome de la cintura y levantándome. 

Una vez subida ayudo a Marvel a llegar, aunque no le hace falta ya que sube con extremada facilidad. Me giro y veo tumbados en el alto cuerno, a mis mayores rivales en estos juegos. Los enamorados del 12.

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