🧬 Capítulo 13 💉

Comenzar desde el principio
                                    

-A sentarme.

Valeria la miró con una sonrisa suave.

-¿Por qué no te sientas con nosotros? – preguntó inclinando la cabeza hacia la mesa donde estaban ya la mayoría de los chicos mayores.

Avalyn se mordió el labio.

-Yo... mmm... no creo que ellos estén de acuerdo.

Valeria encogió los hombros.

-Claro que lo están. Ya te disculpaste, ¿qué más pueden querer? Tú no tienes la culpa de lo que le hicieron a Michael.

Avalyn titubeó. Por supuesto que ansiaba compartir con los demás y dejar a un lado su soledad obligada, reír, charlar. Y ni hablar de poder compartir y sentarse junto a Valeria.

-Vamos, preciosa – Valeria ladeó el rostro de forma adorable -. No te va a pasar nada. Las cocineras no sirvieron sopa hoy, así que vas a estar a salvo.

Avalyn no puedo evitar sonreír.

Valeria y ella fueron a sentarse con los otros. Pero mientras que ésta trepó ágilmente hasta quedar sentada sobre la mesa, literalmente, Avalyn se movía con rigidez y permaneció parada frente a la banca de plástico durante un momento, como si estuviera petrificada.

-¿Te vas a sentar o a montar guardia? – inquirió Benji en tono divertido.

Ella se sentó en silencio.

-¿Y qué es lo que hemos hecho para merecer que su majestad imperial Híbrido 100 por ciento puro se siente con nosotros? – masculló Emm.

-¡Ya déjala tranquila! – siseó Valeria.

-No soy 100 por ciento pura – corrigió Avalyn alisándose los pliegues de la falda bajo la mesa -. Mi sangre posee un 98,5.

Emm agitó una mano, ya engrasada por la empanada que acababa de llevarse a la boca.

-Es lo mismo. Te convierte en el Híbrido más puro de esta Colonia.

Axel apoyó los codos, el de carne y el mecánico, sobre la mesa y miró a Avalyn.

-No sólo de esta Colonia. Tengo acceso a los archivos secretos, registros y documentación digital clasificada y puedo decirles que no se ha hallado a un Híbrido más puro que Avalyn, en todo el mundo. Bueno, al menos no entre los que han capturado y enjaulado en las treinta y cuatro Colonias existentes – añadió.

A Avalyn no le agradaba en absoluto que se refirieran al complejo como una prisión, pero intuyó, de manera sabia, que debía elegir entre manifestar su opinión o agradar a sus recién recuperados compañeros.

-¿Cómo están los niños, Avalyn?

Ella se volvió hacia Lexi. El cabello de ella era rojo como el de Hara, haciendo que los mechones plateados le resaltaran con más fuerza. Iba a contarle la preocupación que sentía por la ausencia de Lily y el hecho de que Teo se aferró a sus piernas para que no se marchara mientras lloraba a pleno pulmón con unos alaridos que desgarraron el corazón a Avalyn.

Pero en ese momento, llegaron Julieth y Michael. De alguna forma, lograban caminar mientras seguían besuqueándose.

Las mejillas de Julieth estaban sonrosadas y le brillaban los ojos.

-Un día de estos se van a quedar sin desayuno o merienda – advirtió Rox, sentada junto a Lexi. Era, por mucho, la más callada de todo el grupo pero nadie se metía con ella por una sola razón.

Las manos de Roxana eran mecánicas, pero no como las de Julieth o Axel, con falanges, articulaciones y carpos hechos de Vulkanio siguiendo el molde de la anatomía humana normal. Las manos de Rox terminaban en racimos bien distribuidos de navajas y cuchillas eléctricas muy afiladas que podían cortar el acero y cualquier cosa como si fuera mantequilla.

A ella misma le había costado mucho aprender a controlar sus propias extremidades al principio y aun todavía le resultaba complejo. Avalyn vio cómo se esforzaba por llevarse trozos de fruta a la boca. Algunos se le cayeron pero tuvo éxito con la mayoría. Por eso le daban alimentos que pudieran sorberse a través de pitillos o comida que se sirviera de un solo bocado, como sándwiches o albondigón.

Rox tenía cicatrices de cortes en todo su rostro pálido y cuello. Seguramente tendría más en el resto del cuerpo que el vestido con mallas ocultaba. De no haber tenido una capacidad inusual para sanar, como los demás Híbridos, Roxana quizá se habría desangrado tras sufrir una estocada de sus propias manos-navajas. De cualquier forma, las heridas habían sido tan profundas que le habían dejado marcas bastante visibles.

Aquello le parecía a Avalyn de lo más cruel y no entendía por qué le habían puesto prótesis que resultaban tan peligrosas para ella misma, cuando pudieron implantarle manos normales. No obstante, año y medio atrás, cuando una horda de rebeldes intentó invadir La Colonia, quizá para hacerse con los recursos, comida o atacar a los habitantes, Roxana salió escoltada por algunos de Los Agentes. Ninguno de ellos tuvo que intervenir. Ella no tardó ni tres minutos en acabar con los insurgentes, que eran alrededor de veinte. La imagen de Roxana entrando al complejo cubierta de sangre con las navajas vibrando todavía, era algo con lo que cualquiera tendría pesadillas. Pero ella había salvado La Colonia. Era una guerrera, una protectora y la habían diseñado con esa finalidad.

-Yo no necesito más merienda que la que acabo de darme – sonrió Julieth mientras miraba a Michael pícaramente.

Benji puso los ojos en blanco.

-Aquí va otra vez a presumir el nabo de acero de Michael.

Lexi y Roxana hicieron idénticas muecas de fastidio.

-¡Ya cállate! – espetó Lexi - ¡Qué no ves que estamos comiendo!

-Ya quisieran ustedes tener un novio con bolas metálicas – presumió Valeria -. No saben de lo que se...

Miró a Avalyn, quizá dándose cuenta por primera vez que estaba sentada en la misma mesa.

-¿Entonces decidiste unirte a nosotros después de todo?

No había hostilidad ni desdén en el rostro fino y bronceado de Julieth. Observaba a Avalyn con atención, como si estuviera buscando algo dentro de ella.

-Claro – contestó ella -. Siempre quise ser amiga de todos ustedes y me siento muy feliz de que me hayan aceptado.

Avalyn les sonrió a todos para demostrarles la dicha sincera que sentía. Todos la miraban, también Valeria, pero ninguno de ellos sonreía.

-Yo no hablaba de sentarte con nosotros en el desayuno, Avalyn – dijo Julieth -. Me refiero a si estás dispuesta a escapar de aquí. Ya está todo planeado.

Ava, Híbrido Puro, Libro I 🏳‍🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora