Capítulo 42

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DAMA DE UN VAMPIRO

FRANCISCO

A pesar del sonido persistente de la lluvia, Nozomi y yo nos rendimos a la tranquilidad que nos traía la lluvia y dormimos profundamente.

Al despertar, me sentí lleno de entusiasmo. Nozomi aún dormía, así que me levanté con cuidado para no despertarla. Estaba a punto de cruzar la puerta del baño cuando un sonido peculiar me detuvo. No era el golpe seco de la puerta de Fredom, sino un suave rascar como de uñas sobre la madera.

Con cautela, me acerqué a la puerta y la abrí con sigilo. Para mi sorpresa, allí estaba Airen, con su melena suelta y una sonrisa maliciosa que dejaba ver sus colmillos.

—Príncipe Fran— dijo mientras su mirada se posaba en mi pecho, que ahora estaba algo descubierto.

—Buenos días, Airen— le respondí con un saludo cortés, sin abrir del todo la puerta.

—No pensé que se levantara tan tarde— comentó, fingiendo sorpresa.

—No creí que me prohibiría dormir— respondí con un toque de ironía en mi voz.

Airen soltó una carcajada nerviosa. —No, no es eso— se apresura a aclarar. —De hecho, lo invitaba a desayunar— me observa con atención, esperando mi respuesta.

—Me temo que será en otro momento— le digo con firmeza —Tengo planes, voy a salir— y sin darle tiempo a una respuesta, cierro la puerta con suavidad.

Detrás de la puerta, escucho un "bueno" pronunciado con tono de desagrado. No me inmuté. Sabía que Airen no se rendiría fácilmente, pero me valía una mierda.

Observo a Nozomi dormir plácidamente y aprovecho la tranquilidad para prepararme para el día que me esperaba.

Me dirigí al baño y me vestí con mi atuendo habitual, pero esta vez decidí añadir un toque de elegancia con una corbata negra. Intuía que sería un día especial y quería estar a la altura.

Al salir del baño, me acerqué a Nozomi con cuidado. Primero acaricié su brazo y susurré su nombre suavemente hasta que sus ojos se abrieron lentamente. Al verme vestido de traje, su expresión inicial de somnolencia se transformó en una mirada llena de curiosidad.

—¿Saldrás?— preguntó con voz tenue.

Negué con la cabeza y le respondí con una sonrisa —Saldremos juntos.

Nozomi se levantó de la cama con entusiasmo y se dirigió al baño para prepararse. Mientras la esperaba, aproveché para salir de la habitación y dirigirme a la de Fredom. Toqué la puerta y Cladis me abrió. Su expresión era de sorpresa al verme, pero al notar a los vampiros que se encontraban detrás de mi, se hizo a un lado para permitirme entrar.

—Buenos días, Cladis— saludé con amabilidad —¿Dónde está Fredom?

—Buenos días, Francisco— respondió ella. —Está en el baño, ya sale— dijo mientras se dirigía a unos cajones para retocarse algunas mordidas.

—¿Fredom sigue marcando territorio?— comenté con un tono ligero, tratando de convertirlo en una broma.

Cladis soltó una risita. —Sí, así es— respondió. —Apuesto a que si yo fuera una vampira, le haría lo mismo— dijo mientras se observaba en el espejo.

—Pues pídele que lo haga— repliqué con humor.

—No le des ideas— dijo Fredom al salir del baño. —Oh, ¿por qué te vestiste así?— me preguntó, mirándome de arriba abajo.

Dama de un vampiro ✓Where stories live. Discover now