—¿Cómo supiste que estaba aquí?

—Primero, te oigo, no eres para nada silencioso. Y segundo, tu cabeza no deja de pensar. Estas comenzando a molestarme. —Jeongin se asomó en su cuarto para tomar un abrigo rápido y colocarselo.

—¿Por qué invades mí privacidad mental si tanto te molestan mis pensamientos? Debería ser denunciable tanto acoso. —Soltó el castaño, cruzando sus brazos en su pecho y viendo como Jeongin cerraba la puerta de su cuarto y salía al pasillo.

—Me encantaría, de verdad, pero por alguna razón, chico fantasma, contigo todo es diferente. —Jeongin terminó de ponerse su abrigo, Hyunjin sintió un escalofrío recorre su cuerpo cuando soltó aquella frase.—No elijo cuando escucharte, simplemente lo hago. Cuando cruzamos miradas por primera vez, desbloquearse algo que no puedo cerrar.

Hyunjin miró el suelo, por alguna razón, esa confesión le había hecho presión en su estómago. Jeongin comenzó a caminar por el pasillo, confiado de que el mayor le seguiría por detrás. Y así fue, tardó dos segundos en colocarse a su lado y fruncir el ceño.

—¿A dónde vamos? —Preguntó el castaño, mirando las demás puertas de las miles de habitaciones cerradas, pasaron justo por al lado de la fuente interior.

—A buscar un café, no pienso hablar contigo con este sueño encima. —Aclaró el menor, bajando las escaleras que conducían directo a la sala de práctica y de allí al comedor.

Luego de que Jeongin preparara un café, ambos se dirigieron a lo que Jeongin llamó la biblioteca del búnker. Allí, el menor apoyó su taza en una mesa de madera y se sentó en uno de los sillones viejos que decoraban el lugar. Hyunjin se sintió mejor allí, pues había más colores, tanto en las paredes como en el suelo de madera. Parecía un mundo aparte dentro de ese grisáceo lugar.

—Bien, ahora puedes decirme porque me hiciste levantarme a las tres y media de la mañana, buscar un café y sufrir el frío de este lugar solo para no molestar al resto. —Exclamó el menor, subiendo la taza que volvió a tomar en sus manos, hasta su boca.

Hyunjin se sentó en el sillón que estaba justo en diagonal a Jeongin y apoyó sus manos en sus piernas, pensando cómo haría una pregunta si ni siquiera sabía cuál era exactamente su duda.

—Encontré algo en mí habitación. —Comenzó el castaño, sacando de su bolsillo la hoja del artículo y pasándoselo a Jeongin. El menor la tomó en sus manos analizando el texto.—Se de qué está hablando, conozco ese muro, pero las noticias no dicen lo mismo que ese artículo.

El menor hizo una mueca, devolviendole el papel a Hyunjin y enderezandose en su asiento, dejando totalmente de lado el café y poniendo su atención en la mirada confundida del castaño.

—Esto fue hace unos años. Es probable que esté artículo haya sido de NH, una empresa de noticias que se encargaba de contar historias y hechos de los que Nadie Hablaba.  —Contó el menor, mirando un punto fijo de la habitación solo para perderse en sus pensamientos.—Antes existía un grupo de Aurum y Ferrum que luchaba contra el gobierno. Hacían atentados, marchas y daban a conocer su historia, pero día a día, empezaron a desaparecer. Los capturaron y nadie sabe a dónde los llevaron. Hasta el día de hoy, su paradero es un misterio.

Hyunjin abrió su boca en sorpresa, había oído historias distintas a lo largo de su vida, pero jamás pensó que todo sería un intento de ocultar la existencia de las tres razas.

—¿Es verdad? ¿Todas esas personas en el muro fueron asesinadas? ¿Ninguna está con vida? —Preguntó el mayor, esas historias le dolían, había familias destruidas por esas desapariciones.

In My Head - [Hyunin] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora