—Basta

«Basta, basta, basta...» la voz se tornó burlona y cruel. Sus manos se apretaron a tal punto que sus nudillos se pusieron blancos. «Buh, que enorme bebé llorón. ¡Esto fue lo que elegiste, así que vive con ello maldito cobarde! ¿De qué sirve llorar ahora?»

—Cállate— cerró los ojos y se aferró la cabeza con una mano.

«¿O qué? ¿Escribirás un tonta y triste canción para derramar tu dolor? Eso es tan pa-té-ti-co».

—Silencio, solo cállate— gruñó sacudiendo la cabeza, pero la voz no se fue.

«Si Wesly te viera en este momento estaría feliz de saber que no tiene que soportar a un remedo de hombre como tú. ¡Es más! apuesto a que justo ahora ya está tratando de dejarte atrás. En unos meses ya no serás más que un recuerdo vago, mientras se folla a otros. Probablemente conocerá a uno que será el correcto. Se casará con él, tendrá su casa con la cerca blanca, los bebés y un par de mascotas. ¿Y sabes qué? Tú estarás del otro lado de la cerca, en la acera, viendo lo que debió haber sido para tí. ¡¡Lo que nunca tendrás por ser un puto cobarde!!»

—¡Cállate!— Su mano derecha salió volando hacia el espejo impactando con tanta fuerza que la piel se rompió y el cristal se agrieto formando cientos de fisuras. Algunos trozos cayeron sobre el lavamanos.

La voz en su cabeza se soltó a reir, repitiendo "Patético, patético, patético, patético". Su respiración se estaba acelerando y el aire no llegaba con suficiente rapidez. Un ataque de pánico estaba a la vuelta de la esquina.

«¿Vas a romperte Luke? Oh, espera. Ya estás roto. No eres más que pedazos».

—Por favor, solo déjame en paz— murmuró desesperado.

«Lo sabes. Sabes cual es la única forma en que voy a dejarte en paz. Y seamos sinceros, has estado pensando en ello desde hace días».

Sintió que un manto frío caía sobre sus hombros. Su cabeza sumbando como si estuviera atravesando un tunel a alta velocidad.

«Hazlo. Es la única manera en que puedes dejar de sentir. ¿Quieres un poco de paz? Solo hay un camino. Hazlo, hazlo, hazlo...¡Hazlo! ¡Si vas a ser un cobarde llevalo hasta el final!»

Tomó el trozo más grande de espejo que descansaba dentro del lavamanos. Se sentía aturdido y a ahora no solo había frío, sino un calor que picaba bajo su piel. Era como estar afiebrado y a la interperie.  Fue rápido, ni siquiera lo pensó demasiado antes de deslizar el borde afilado contra la parte interior de su muñeca izquierda. La piel se abrió con suma facilidad y la sangre brotó como si fuera un manantial carmesí.

Muy en el fondo sintió el escozor lacerante. Fue como si de pronto el tiempo se volvería lento, todos los pensamientos en su cabeza empezaban a cesar.

«Sigue hasta el final» dijo la vocecita en su mente. Se escuchaba lejana, como si estuviera caminando lentamente hacia la distancia. «Por favor, Luke. Sigue hasta el fondo. Ya estas cerca».

—Sí...hasta el fondo.

Cambio el trozo de espejo a su otra mano y expuso su muñeca intacta. El corte fue igual de fácil que en el otro lado. La sangre fluyó libremente. La voz en cabeza no volvió y Luke sonrió temblorosamente antes de que los sollozos volvieran. Todo eso sucedió en una corta cantidad de tiempo a pesar de que se sintió como si llevara horas encerrado en ese baño, viendo su sangre manchar las baldosas del piso.

Pero ahora que la voz se había ido, el aturdimiento también y solo entonces empezó a ser consciente de lo que había hecho. Su estómago se apretó al ver el desastre carmesí que eran sus manos. El trozo de espejo cayó al suelo partiéndose en muchos fragmentos más.

A Heartbreak Song© (Love & Music #1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora