Logró hacer que Ayla, la piloto que encontró, tomara el control del vuelo y pudo salvar a los rehenes. No sin antes recibir balazos, caer al río y casi morir ahogado. En serio, ¿por qué todo era tan absurdamente complicado? Agradecía que ninguna bala terminó en su cabeza, al menos.

Rastreó a Bucky con sus lentes de mejorada visión, pensando en dónde podría haberse metido en todo este caos, y lo vislumbró desde los aires como un pequeño punto cayendo de lo que parecía ser la estructura de un edificio a medio construir. Su corazón se hizo pequeño al escuchar el rudo grito en el intercomunicador, y el sonido seco en que terminaba cuando cayó en la arena. De repente pudo ver a John allí, luchando por sostener un camión, mientras dos o tal vez tres súper soldados lo atacaban, él intentó acelerar sus propulsores para llegar más rápido, pero al igual que Bucky, John cayó al suelo. Se prometió no dejar que ese camión corriera el mismo destino.

Casi apagó los propulsores para dejarse llevar en picada había el suelo, y de allí, como un verdadero halcón, subió justo para atrapar el vehículo y suspenderlo mientras pequeños redwinds lo ayudaban a pegarse en el auto y así levantarlo con sus pequeños pero potentes propulsores.

Escuchó vitoreos otra vez, y a un tipo llamarlo Capitán América, pero nada se comparó con el resoplido de risa que escuchó sus oídos a través de su auricular. Se recordó palmear su propia espalda por enorgullecer a Buck cuando todo el show termine. Por ahora, sus nervios ya no estaban allí y manipuló a una de sus aves mecánicas para que abriera el camión, mientras bajaba a la arena.

Karli arrojó un hierro filoso a su chico, y a pesar de que el soldado lo atrapó sin problemas, Sam se enfadado un poco por eso. Tomó el escudo y golpeó a todos los que pudo, parándose frente a John y Bucky, cubriéndolos con sus alas por un momento.

—¿También tú te vas a creer esa mentira? —ladró Morgenthau cuando lo vio con su traje.

—Pruebo algo diferente —le respondió él—. Tal vez quieras intentarlo.

Casi podía oler un comentario hiriente de su parte, como la adolescente que era, pero entonces unas bombas de humo empezaron a nublar el ambiente. Karli sin duda tenía muchos amigos y cartas bajo la manga, pero él también tenía visión térmica incorporada en sus lentes, por lo cual no fue difícil seguirles el paso, junto con Bucky y John.

En algún momento, las marcas de calor le hicieron saber que los Flag-Smashers se separaron y ellos debían hacer lo mismo. Casi no tuvieron que discutirlo, Bucky le dijo que iría con John, ambos tenían miedo de que matara a Karli si lo encontraba primero. Solo había una razón por la que John estaba allí y esa era Lemar, un hombre que significó mucho más que compañerismo para él. Si Sam o Buck estuvieran en sus zapatos, también buscarían venganza, pero en el fondo, todos sabían que esa era una solución que acarreaba muchos más problemas a la larga.

No quería que la muerte formara parte de este legado, de ahora en más.

Cuando escuchó los disparos, corrió y encontró a Sharon tirada en el suelo y a Karli con el arma en la mano. Batroc parecía estar muerto a un lado.

—Sam, no te acerques —dijo ella. La cara de consternación hacía que él quiera salvarla de todo esto, pero aunque le costaba admitirlo, Zemo tenía razón: ella era una supremacista.

Con toda la maldita confianza que podía tener en ese traje, dejó su escudo en su espalda y avanzó hacía ella con cuidado. Karli no dejaba de mirar hacia Sharon y él con ansiedad.

—¿Qué sigue? Está vez matas diez y luego, ¿cien? ¿No te detendrás? —le dijo seriamente, está vez Karli hizo contacto—. Te pido que me dejes ayudarte.

𝙋𝙧𝙤𝙗𝙡𝙚𝙢𝙨 » 𝙒𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧𝙛𝙖𝙡𝙘𝙤𝙣 / 𝘽𝙖𝙧𝙤́𝙣𝙒𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora