7. Miradas Sospechosas

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—¿Señorita Sullivan? —Escuché que alguien llamó—. ¿Señorita Sullivan? ¿Grace? —Tan pronto salí de mis pensamientos y estupor, me di cuenta que la persona que me llamaba era él. 

Mi jefe.

Quien parecía estar un poco sorprendido al haber visto como me quedaba en blanco por unos minutos. 

—¿Se encuentra bien o esto es mucho para usted? —Dijo en voz alta, captando la atención de algunos guardespaldas que estaban cerca de nosotros. 

—No señor, estoy bien —aseguré antes de colocar una sonrisa falsa en mis labios—. ¿Nos vamos? —Una vez dicho eso, él sonrió con arrogancia antes de permitir que su chófer abriera la puerta trasera para él. 

Muy diferente a mí que me tocó ir en el asiento de adelante. 

Una vez en marcha me dediqué a ir en silencio, viendo como ninguno de los dos hombres que iban en el auto conmigo les molestaba eso. Ya que parecía que preferían el silencio antes que hablar. 

Lo que me estreso hasta cierto punto antes de que mi jefe decidiera decir algo. 

—¿Señorita Sullivan? —dijo, logrando que me volteara un poco para poder escucharlo mejor. 

—¿Sí, señor? 

—Si se siente tan incómoda con el silencio que hay que en auto, puede encender la radio. Lo que menos quiero es que se muera, aunque sea por aburrimiento, en horas de trabajo. Odiaría tener una demanda por ello. —Y aunque por un momento creí que su gesto era con buena intención, al escucharlo decir eso último me hizo darme cuenta que eso jamás pasaría. 

A no ser que eso lo beneficiará de alguna manera. Cómo en esta ocasión. 

Y aunque la idea me tentó por unos momentos, decidí no hacerlo. Pero el chófer, muy distinto a mí, sí que colocó la radio a un volumen moderado para que pudiera escucharlo y que, a la vez, la música no le molestará a nuestro jefe. 

—¿Esa está bien? —preguntó, refiriéndose a la canción que estaban pasando en la estación. 

—Sí, gracias —respondí antes de sonreírle, escuchando como el señor Torres soltaba una suave risa en la parte de atrás. 

Risa que no supe entender ni saber el motivo por el cual lo hacía, pero supuse que sería por algo que estaba viendo en su móvil. 

Media hora después llegamos a lo que parecía ser la casa de alguien con mucho dinero. Pues todo aquí te daba esa impresión. 

Al estar en la entrada de la casa, me apresuré en bajar y abrir la puerta para él, y aunque no esperaba un gracias por su parte, el no recibirlo me hizo odiarlo un poco más que antes. Pues mi hermana había hecho esto para él en el pasado y, viendo esto, suponía que él jamás le agradeció por ese gesto. 

Pero dejando eso a un lado, me dediqué a ver como un hombre alto, moreno y vistiendo de forma casual salía de la casa. Sonriendo antes de estar a unos dos pasos de distancia de mi jefe. 

Y él, a diferencia de otros, sí que me notó desde un principio. 

—Tú debes de ser Grace Sullivan, la nueva asistente de este idiota, ¿Verdad? —Fue lo primero que dijo, y aunque pensé que mi jefe se enojaría por eso, tal parecía que no. Ya que me estaba viendo con curiosidad en espera de mi respuesta. 

—Sí, soy Grace Sullivan. La nueva asistente del señor Torres —respondí antes de estrechar la mano que él me ofrecía—. Un gusto. 

—Soy Teo —dijo al ver que desconocía su nombre—. Y el gusto es todo mío —sonrió luego de decir eso, pero su forma de verme me hizo sentir extraña. Por lo que aparte mi mano de la de él antes de retroceder un paso, dándole a entender que era hora de hablar con mi jefe y no conmigo. 

Y aunque él lo entendió, mi jefe solo me dio una mirada confusa antes de ver a Teo. 

—¿Qué te trae por acá? —Cuestionó el moreno, logrando que mi jefe alzará una de sus cejas antes de responder:

—¿Por qué más vendría aquí sino es por negocios? —respondió. 

—¿Te han dicho que eres muy insoportable? —Le preguntó Teo, sintiéndose un poco herido por la respuesta anterior de mi jefe. 

—Sí, muchas veces —admitió con calma—. Ahora, ¿Podemos seguir o me tendrás aquí todo el día? 

Aunque por un momento pensé que Teo estaba molestó, todo cambió cuando sonrió y nos invitó a pasar a su casa. Mostrando que, efectivamente, tenía mucho dinero. 

Los seguí a ambos por la sala principal antes de que mi jefe me dijera que lo esperara aquí afuera. Que tenía algo que hablar con él a solas, por lo que me quedé afuera en el pasillo antes de ver todo lo que estaba a mi alrededor. 

Ni siquiera me moleste en ver si lograba escuchar algo a través de la puerta, porque después de que está se cerró no se logró escuchar absolutamente nada. Así que solo éramos el silencio y yo. 

O al menos eso pensé antes de escuchar algunos pasos provenientes de otra área de la casa. ¿Cuál? No sabría decir. Así que supuse que quizá era alguien de su familia o simplemente la persona que le ayudaba con el oficio de la casa. Pero mientras veía un jarrón que parecía ser antiguo y muy caro, noté en el vidrio que estaba detrás de este  como una mujer parecía estar viéndome. Lo que me sorprendió y me hizo ver hacia ese lado, viendo como se escondía sin darme la oportunidad de verle la cara. 

Miré hacia varios lados del pasillo antes de analizar bien si debía o no ir tras esa mujer. Porque de hacerlo podría provocar que Teo se enojara y, seguido a eso, ser despedida. 

Lo cual no quería, la verdad.

Así que me quedé en mi sitio, pensando en otras cosas para no pensar más en eso. Pero luego al ver que esa mujer seguía insistiendo mi curiosidad pudo más que yo. Pero solo logré avanzar dos pasos antes de que la puerta donde ellos dos estaban se abriera, logrando escuchar como se quedaban en silencio al ver que iba hacia un lado de la casa. 

—¿Señorita Sullivan, sucede algo? —Cuestionó mi jefe, logrando que cerrara brevemente los ojos antes de voltear y verlos, dándoles una sonrisa de pena. 

Pues no me quedaba de otra más que mentir antes de que me despidieran. 

—Lo siento, solo necesitaba ir al baño y no quería interrumpir. 

Y aunque Teo sonrió por eso, mi jefe me dio una mirada rápida antes de ver detrás de mí. Cómo si realmente no creyera en lo que decía. Pero al no hallar nada que indicara eso, que le estaba mintiendo, suspiro antes de ver a su acompañante; pidiéndole que me disculpara por usar sus baños. A lo que Teo dijo que no había problema antes de decirme dónde quedaba el baño. 

El cual estaba en la dirección opuesta. 

Ya estando en el baño suspiré antes de pensar en por qué esa mujer parecía tener interés en verme. Luego pensé en que eso no podía ser posible, que quizá solo era alguien que sentía curiosidad por saber quién estaba en la casa, pero luego me di cuenta de algo. 

¿Cómo era que Teo sabía sobre mí? Digo, obviamente mi jefe debió  hablarle sobre mí, pero, ¿A todos? Él no parecía ser de esos jefes que llaman a todos sus conocidos y le informan quién soy yo y cómo me llamo. Más bien parecía ser indiferente a eso. Como lo ocurrido el miércoles cuando una mujer llegó y preguntó por la asistente anterior. Así que… ¿Realmente le había hablado sobre mí a Teo? Y si eso era así, ¿Por qué? ¿Qué era lo que no estaba viendo? 

Quizá aún no lo sabía, y puede que me llevará un tiempo averiguarlo, pero si de algo estaba segura, era que él, mi jefe, estaba ocultando algo que, aparentemente, trataba sobre mí.

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Gracias por leer ❤️
Espero les este gustando.
Ahora bien, estoy buscando PERSONAJES para la historia, pero no tengo idea de quién podría usar.

Si tienen SUGERENCIAS por favor díganme, se los agradecería mucho 💗

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