Capítulo 46

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UN CAZADOR

NOZOMI

La sangre estaba esparcida por todos lados, Cladis y Akemi veian esto con horror, lo que había pasado minutos antes era algo que no creía ver jamás, no en ellos, no cuando ya estaba convencida que eran tranquilos, pero esto que sucedió fue tan perturbador.

—Por una parte, fue satisfactorio ver cómo le hacían daño— habla Akemi. La manera en que habla es la misma como la primera vez que le conocí, tranquila.

Cladis pone los ojos entrecerrados, tratando de comprender por qué ella estaba muy pegada a mi. —Te presento a Akemi, una chica que conocí el día que Francisco me compró, Akemi te presento a Cladis, una amiga que conocí aquí—.

Cladis comprende y me ayuda a limpiar la herida que se convertirá en una gran cicatriz.

—No estoy entendiendo, sus amos son muy raros, en primer lugar— Akemi me mira, —¿por qué sigues viva? se supone que ibas directo a tu muerte con él—, señala con la mirada a Francisco, quien habla con Oliver tratando de explicar cosas que no entiendo, Oliver solo me observa, como si me dijera muchas cosas, pero con ese gesto no entiendo nada.

—Otra cosa ¿Quién es Dereck? y esta tal Verónica, la que se fue ¿era humana? — se le ve muy confundida.

—Tranquilízate o te volverás loca— le dice Cladis de forma brusca.

—El vampiro de ambas están en contra del reinado del Gran Señor Robny, ellos además fueron criados como humanos entonces ellos nos tratan diferente a otros con sus esclavas— dice Akemi, resumiendo lo que le habia dicho.

—Tenemos que irnos, Verónica no quiso esperarnos— Fredom se le veía molesto, —ella ya sabe cuidarse sola—.

Todos comenzamos a dar pasos afuera de la habitación y Oliver se dirige a mi lado murmurando. —Supongo que comienzo ya ¿no? —

Confusa lo observo, igual Cladis que se encontraba a mi lado.

Francisco lo quita de mi vista, —apresúrate, no quiero que les pase algo a las tres, ven Akemi, te llevaré en mi espalda y espero que no hagan ruido, nadie nos verá, pero si oirán—.

Salimos juntos al pasillo, Cladis carga una mochila en la espalda con pertenencias únicas, yo no llevo nada más que la mano de Francisco, Oliver una mochila, y Fredom unas llaves de automóvil.

Estaba muy nerviosa, de hecho, tenía mucho miedo a pesar de que estuvo bien el que le hicieran daño a esa vampira, terror me daba el haber disfrutado eso y ver con normalidad la sangre, pero no quiero admitirlo porque Francisco pareció aterrado ante el acto de Verónica, supongo que él y Fredom no se imaginan lo que es en verdad sufrir.

Al estar abajo, la mayoría de ellos estaban en el comedor, caminamos algo despacio para no llamar la atención, hasta que los gritos desgarradores de Airen se escuchan arriba, pidiendo ayuda, lo que nos pone los pelos de punta.

Pero lo más tétrico que pasa es que nadie se levanta, todos se quedan en sus mismos lugares como si no escucharan a la vampira arriba.

Mas bien es que, a pesar de sus gritos, a pesar de saber quién es la que grita, no estaban haciendo nada, solo estaban sentados.

—¿Fran? — habla Fredom —¿Qué es esto? —, yo me oculto detrás de ellos.

Ahora los vampiros nos voltean a ver y la mayoría de las chicas acompañadas de sus amos estaban confundidas.

Un vampiro se levanta y todos lo observan. —Creí que me notarían— no entendía nada.

Este hombre se nos acerca, extendiendo las manos con una sonrisa, como si fuera una victoria...

Francisco dice su nombre con la mirada impactada —¿William?—

—No hay tiempo de explicaciones— su semblante se pone serio, —pero yo limpiare este desastre— señala con la mirada hacia el techo.

—Además recuerda que puedo leer las mentes y te dije que aprendieras a ocultar eso también, y no lo hiciste, entonces sé que Airen está arriba, herida y derrotada— se voltea a ver a los demás, —¡como pronto estará Robny!— grita sonriendole al resto con rostro malévolo.

Otros vampiros se levantan, tomando a otros que pretendían levantarse para hacer algo porque se les notaba la furia, al parecer están con el Gran Señor.

—Mátenlos— ordena William con naturalidad.

No entendía porque el vampiro que fue huésped estaba en un cuerpo diferente, el anterior era enorme y este era más delgado y menos alto, algo bajo a comparación de Francisco.

El tal William me mira por un momento y dice.

—Al final vamos a necesitar a toda su familia, Elordi— les sonríe —así que vayan formando batallón porque en cuanto se enteren que Airen está como está vendrán por todos nosotros— sonrie.

—Y nos llevará la gran puta—

Francisco le sonrie. Luego mira detrás de mi, a lo que sé que ambos miran a Oliver.

—Y llevas contigo al cazador, muy bien, espero que esté de nuestro lado—

¿Cazador? Volteo a ver a Oliver, al igual que Cladis. Cazador...de cabello blanco...enemigo....esclavo...

—Tambien lo espero—

Atrás mía puedo sentir como Oliver sonríe de lado.

—Bien, largo de aquí— dice con un rostro serio.

Al entrar al auto, Fredom arranca con velocidad, yo voy en las piernas de Francisco, ya que Cladis va atrás junto a Akemi y Oliver.

—¿Eres un cazador?— pregunta Akemi, con un ojo cerrado y con el otro abierto, debido al ardor de sus heridas.

Oliver intenta negarlo, pero Francisco lo voltea a ver. —Déjate de mentiras Oliver, te vimos tragar sangre una noche de esas— dice Francisco

—¿Y eso que? — responde furioso, como siempre.

—Que eso genera tu fuerza, podrás odiar a los vampiros, pero no negarás que te gusta el poder que da la sangre que eso causa en ti— siento su mano en mi cintura, no soy la única en ver esto si no también Fredom.

Pero ya no estoy prestando atención a su pleito, solo me quedo viendo a la nada, imaginando a Oliver siendo un cazador...sus manos están manchadas por sangre de vampiros...él...

—Supongo que comienzo ya ¿no?— ¿Qué fue lo que dijo? Me susurró esas palabras antes de venir y no lo entiendo.

Un chasquido se hace presente, mi mundo se paraliza, veo tonalidades rojas y veo a Oliver a mi lado, presenciando a unas personas en el suelo.

En la habitación somos tres, este es otro recuerdo, es de...Sus ojos grises viéndome, otros ojos verdes y otro atrás de ellos...Están hablándome, pero no logro entenderlos del todo.

—Entonces ¿aliados? — habla el de los ojos verdes.

Esperen ¿aliados de qué? no entiendo nada, pero los tres, el de los ojos oscuros, el de ojos verdes y yo estrechamos manos mientras que otro de ellos se niega, pero una vez que los tres tenemos las manos enlazadas, veo como al de los ojos oscuros lo atacan varios vampiros, en cuanto a mi, siento que caigo en un abismo, como si me hubiesen envenenado o solo dormido...

Despierto de lo que haya sido, alguien vuelve a chasquear de nuevo los dedos.

—Entonces te pedimos que cooperes, si bien eres cazador y quieres la libertad humana, ayúdanos a destruir a Robny— Fredom habla.

No sé cómo se está portando Oliver, pero demanda a donde iremos, porque estamos en un lugar desierto.

Siento la mano de Francisco en la mía y lo escucho susurrar en mi oído. —A nuestro hogar—.

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Dama de un vampiro ✓Where stories live. Discover now